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- Un soixante-huitard (en español un sesentayochista) es una persona que a fines de los años 60 tenía edad como para haber participado en los sucesos de mayo de 1968, o que en algún momento adoptó la forma de pensar y las ideas contestatarias que se desarrollaron y apoyaron en esa ocasión. La calificación de soixante-huitard, en francés calcada o imitando el término « communard », designa pues las ideas más o menos utopistas y contestatarias, que en especial surgieron en los medios revolucionarios izquierdistas franceses en ese tiempo, y en particular las que se aproximaban al anarquismo y al llamado New Age. Con el paso de los años, este término tomó un sentido más bien peyorativo, especialmente cuando fue usado por la generación siguiente, precisamente para expresar el nuevo conflicto generacional que entonces se planteaba. Cuando se hace referencia a la generación del 68, se evoca la generación del llamado baby boom de posguerra, así como la filosofía hedonista y narcisista de esa gente, y así como la adhesión o sumisión de ellos a la sociedad de consumo. Los detractores de estos enfoques de la generación de los "soixante-huitards" (a veces también señalada como generación del ""), entre otras cosas la consideraban y consideran como demasiado egoísta, ya que como consecuencia del llamado Estado de bienestar, ellos tuvieron buenos sueldos y buenas jubilaciones y pensiones, así como una situación laboral que se acercaba al pleno empleo (o al desempleo estructural). Fundamentalmente de esto surge cierto grado de incomprensión y de reproche entre la generación del 68 y la de sus hijos, ya que estos últimos opinan que es con el esfuerzo de su generación que se sostienen las pensiones de sus padres, pensiones que probablemente ellos mismos en su momento no podrán gozar en los mismos niveles, y encima, debiendo soportar en tiempo de actividad altas tasas de desocupación y acentuadas crisis económicas. Y como si todo esto no fuera poco, no son pocos los hijos de los "soixante-huitards" que deben soportar a padres a veces algo hipócritas y exigentes, que incluso por momentos les reprochan los esfuerzos y sacrificios que ellos tuvieron que hacer para criarles y para mejorarles sus oportunidades frente a la vida, y que en alguna medida abandonaron sus iniciales posiciones extremadamente contestatarias pues cambiaron o suavizaron su forma combativa y radical de pensar (ya que con el paso de los años se volvieron más tolerantes, y más abiertos a ciertos posicionamientos de la sociedad, aunque en algún sentido también pasaron a ser más conservadores respecto de otros cambios de posiciones como por ejemplo con el rol de la mujer o con el matrimonio homosexual). (es)
- Un soixante-huitard (en español un sesentayochista) es una persona que a fines de los años 60 tenía edad como para haber participado en los sucesos de mayo de 1968, o que en algún momento adoptó la forma de pensar y las ideas contestatarias que se desarrollaron y apoyaron en esa ocasión. La calificación de soixante-huitard, en francés calcada o imitando el término « communard », designa pues las ideas más o menos utopistas y contestatarias, que en especial surgieron en los medios revolucionarios izquierdistas franceses en ese tiempo, y en particular las que se aproximaban al anarquismo y al llamado New Age. Con el paso de los años, este término tomó un sentido más bien peyorativo, especialmente cuando fue usado por la generación siguiente, precisamente para expresar el nuevo conflicto generacional que entonces se planteaba. Cuando se hace referencia a la generación del 68, se evoca la generación del llamado baby boom de posguerra, así como la filosofía hedonista y narcisista de esa gente, y así como la adhesión o sumisión de ellos a la sociedad de consumo. Los detractores de estos enfoques de la generación de los "soixante-huitards" (a veces también señalada como generación del ""), entre otras cosas la consideraban y consideran como demasiado egoísta, ya que como consecuencia del llamado Estado de bienestar, ellos tuvieron buenos sueldos y buenas jubilaciones y pensiones, así como una situación laboral que se acercaba al pleno empleo (o al desempleo estructural). Fundamentalmente de esto surge cierto grado de incomprensión y de reproche entre la generación del 68 y la de sus hijos, ya que estos últimos opinan que es con el esfuerzo de su generación que se sostienen las pensiones de sus padres, pensiones que probablemente ellos mismos en su momento no podrán gozar en los mismos niveles, y encima, debiendo soportar en tiempo de actividad altas tasas de desocupación y acentuadas crisis económicas. Y como si todo esto no fuera poco, no son pocos los hijos de los "soixante-huitards" que deben soportar a padres a veces algo hipócritas y exigentes, que incluso por momentos les reprochan los esfuerzos y sacrificios que ellos tuvieron que hacer para criarles y para mejorarles sus oportunidades frente a la vida, y que en alguna medida abandonaron sus iniciales posiciones extremadamente contestatarias pues cambiaron o suavizaron su forma combativa y radical de pensar (ya que con el paso de los años se volvieron más tolerantes, y más abiertos a ciertos posicionamientos de la sociedad, aunque en algún sentido también pasaron a ser más conservadores respecto de otros cambios de posiciones como por ejemplo con el rol de la mujer o con el matrimonio homosexual). (es)
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