El adjetivo progresista, su apócope coloquial progre, o el sustantivo colectivo progresía, son términos que utilizan para aludir a personas, ideologías, grupos o instituciones de izquierda. Lo que es y lo que puede ser progresista está acondicionado al contexto cultural y político de cada parte del mundo. Siendo en lo general definido como progre una persona que tiene presentes los problemas de desigualdad que pueden existir en temas de género, economía, defensa de minorías, defensa del medio ambiente, etc; y que tiene inquietudes intelectuales, simpatía con la izquierda política y a menudo una postura crítica o contraria a la derecha política, capitalismo, conservadurismo, y liberalismo.​​ Los detractores de lo que se define como progresismo suelen tildar a sus simpatizantes de «pequeños

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  • El adjetivo progresista, su apócope coloquial progre, o el sustantivo colectivo progresía, son términos que utilizan para aludir a personas, ideologías, grupos o instituciones de izquierda. Lo que es y lo que puede ser progresista está acondicionado al contexto cultural y político de cada parte del mundo. Siendo en lo general definido como progre una persona que tiene presentes los problemas de desigualdad que pueden existir en temas de género, economía, defensa de minorías, defensa del medio ambiente, etc; y que tiene inquietudes intelectuales, simpatía con la izquierda política y a menudo una postura crítica o contraria a la derecha política, capitalismo, conservadurismo, y liberalismo.​​ Los detractores de lo que se define como progresismo suelen tildar a sus simpatizantes de «pequeños burgueses con ideas de izquierda» e «hipócritas» y llegar al punto de calificar a todo el progresismo como izquierda caviar.​​ Aunque en sentido estricto el término progresista se refiere a la ideología de desarrollo que se impuso en los regímenes políticos democráticos progresistas, hoy es una palabra muy extendida, tanto en el lenguaje coloquial como de forma muy frecuente en todo tipo de literatura. Hasta el punto de estar perdiendo su significado, como se ha denunciado en repetidas ocasiones.​ Como señala la Real Academia Española la palabra proviene de progreso y por tanto éste sería el fin buscado por el progresista.​ Pero desde sectores conservadores se lo ha pretendido asimilar a conceptos políticos y culturales como socialismo, lucha de clases e igualdad social. El término representaba en un principio a una posición contraria a algo «retrógrado». Sufriendo una mutación cuando en círculos intelectuales próximos al marxismo se comenzaron a autodefinir como progresistas los contrarios a gobiernos tradicionalistas, a los que se solía posicionar en el aspecto de burgueses. Karl Marx decía que: "La peor lucha es la que no se hace".​ Para 1995 el ensayista francés Raymond Aron en El opio de los intelectuales criticaba está visión del progresista:​ Al tratar de explicar la actitud de los intelectuales, despiadados con las debilidades de las democracias, indulgentes con los mayores crímenes, siempre y cuando estos se cometan en nombre de las doctrinas correctas, me encontré en primer lugar con las palabras sagradas: izquierda, revolución, proletariado. La crítica de estos mitos me llevó a reflexionar sobre el culto de la historia y, posteriormente, a interrogarme sobre una categoría social a la que los sociólogos no han prestado aún la atención que merece: la intelligentsia. […] Si observamos la realidad, si nos proponemos objetivos concretos, comprobaremos lo absurdo de estas amalgamas político-ideológicas con las que juegan los revolucionarios de gran corazón y cabeza ligera, así como los periodistas ávidos de éxito. […] Dejemos la superioridad del fanatismo para los fanáticos sin remordimientos. […] Si la tolerancia nace de la duda, enséñese a dudar de los modelos y de las utopías, a rechazar a los profetas de la salvación, a los heraldos de las catástrofes. Apelemos, pues, al advenimiento de los escépticos, si ellos han de extinguir el fanatismo.​ El concepto moderno se definió en la contracultura de los 60 en donde la visión de «dos bandos existentes» se volvió a dar pero renovada al tiempo presente. Esta vez entre los que protegían un sistema, ya sea político o cultural, y los que se declaraban contrarios al mismo.​ Los espectros políticos clásicos también volvieron a jugar un rol clásico, pues la izquierda tomó partido por todo lo que representara una lucha contra el sistema para traer progreso a la gente y la derecha como la de defensora de las tradiciones culturales y religiosas propias del mundo occidental. Otras ideologías que originalmente no aparecían alineadas con ningún espectro como pacifismo, ambientalismo, animalismo y anarquismo, así como la religión y el nacionalismo acabaron integrándose en uno de los dos bandos.​ (es)
  • El adjetivo progresista, su apócope coloquial progre, o el sustantivo colectivo progresía, son términos que utilizan para aludir a personas, ideologías, grupos o instituciones de izquierda. Lo que es y lo que puede ser progresista está acondicionado al contexto cultural y político de cada parte del mundo. Siendo en lo general definido como progre una persona que tiene presentes los problemas de desigualdad que pueden existir en temas de género, economía, defensa de minorías, defensa del medio ambiente, etc; y que tiene inquietudes intelectuales, simpatía con la izquierda política y a menudo una postura crítica o contraria a la derecha política, capitalismo, conservadurismo, y liberalismo.​​ Los detractores de lo que se define como progresismo suelen tildar a sus simpatizantes de «pequeños burgueses con ideas de izquierda» e «hipócritas» y llegar al punto de calificar a todo el progresismo como izquierda caviar.​​ Aunque en sentido estricto el término progresista se refiere a la ideología de desarrollo que se impuso en los regímenes políticos democráticos progresistas, hoy es una palabra muy extendida, tanto en el lenguaje coloquial como de forma muy frecuente en todo tipo de literatura. Hasta el punto de estar perdiendo su significado, como se ha denunciado en repetidas ocasiones.​ Como señala la Real Academia Española la palabra proviene de progreso y por tanto éste sería el fin buscado por el progresista.​ Pero desde sectores conservadores se lo ha pretendido asimilar a conceptos políticos y culturales como socialismo, lucha de clases e igualdad social. El término representaba en un principio a una posición contraria a algo «retrógrado». Sufriendo una mutación cuando en círculos intelectuales próximos al marxismo se comenzaron a autodefinir como progresistas los contrarios a gobiernos tradicionalistas, a los que se solía posicionar en el aspecto de burgueses. Karl Marx decía que: "La peor lucha es la que no se hace".​ Para 1995 el ensayista francés Raymond Aron en El opio de los intelectuales criticaba está visión del progresista:​ Al tratar de explicar la actitud de los intelectuales, despiadados con las debilidades de las democracias, indulgentes con los mayores crímenes, siempre y cuando estos se cometan en nombre de las doctrinas correctas, me encontré en primer lugar con las palabras sagradas: izquierda, revolución, proletariado. La crítica de estos mitos me llevó a reflexionar sobre el culto de la historia y, posteriormente, a interrogarme sobre una categoría social a la que los sociólogos no han prestado aún la atención que merece: la intelligentsia. […] Si observamos la realidad, si nos proponemos objetivos concretos, comprobaremos lo absurdo de estas amalgamas político-ideológicas con las que juegan los revolucionarios de gran corazón y cabeza ligera, así como los periodistas ávidos de éxito. […] Dejemos la superioridad del fanatismo para los fanáticos sin remordimientos. […] Si la tolerancia nace de la duda, enséñese a dudar de los modelos y de las utopías, a rechazar a los profetas de la salvación, a los heraldos de las catástrofes. Apelemos, pues, al advenimiento de los escépticos, si ellos han de extinguir el fanatismo.​ El concepto moderno se definió en la contracultura de los 60 en donde la visión de «dos bandos existentes» se volvió a dar pero renovada al tiempo presente. Esta vez entre los que protegían un sistema, ya sea político o cultural, y los que se declaraban contrarios al mismo.​ Los espectros políticos clásicos también volvieron a jugar un rol clásico, pues la izquierda tomó partido por todo lo que representara una lucha contra el sistema para traer progreso a la gente y la derecha como la de defensora de las tradiciones culturales y religiosas propias del mundo occidental. Otras ideologías que originalmente no aparecían alineadas con ningún espectro como pacifismo, ambientalismo, animalismo y anarquismo, así como la religión y el nacionalismo acabaron integrándose en uno de los dos bandos.​ (es)
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  • El adjetivo progresista, su apócope coloquial progre, o el sustantivo colectivo progresía, son términos que utilizan para aludir a personas, ideologías, grupos o instituciones de izquierda. Lo que es y lo que puede ser progresista está acondicionado al contexto cultural y político de cada parte del mundo. Siendo en lo general definido como progre una persona que tiene presentes los problemas de desigualdad que pueden existir en temas de género, economía, defensa de minorías, defensa del medio ambiente, etc; y que tiene inquietudes intelectuales, simpatía con la izquierda política y a menudo una postura crítica o contraria a la derecha política, capitalismo, conservadurismo, y liberalismo.​​ Los detractores de lo que se define como progresismo suelen tildar a sus simpatizantes de «pequeños (es)
  • El adjetivo progresista, su apócope coloquial progre, o el sustantivo colectivo progresía, son términos que utilizan para aludir a personas, ideologías, grupos o instituciones de izquierda. Lo que es y lo que puede ser progresista está acondicionado al contexto cultural y político de cada parte del mundo. Siendo en lo general definido como progre una persona que tiene presentes los problemas de desigualdad que pueden existir en temas de género, economía, defensa de minorías, defensa del medio ambiente, etc; y que tiene inquietudes intelectuales, simpatía con la izquierda política y a menudo una postura crítica o contraria a la derecha política, capitalismo, conservadurismo, y liberalismo.​​ Los detractores de lo que se define como progresismo suelen tildar a sus simpatizantes de «pequeños (es)
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  • Progresista (adjetivo) (es)
  • Progresista (adjetivo) (es)
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