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- La persecución cristiana del paganismo bajo Constancio II tuvo lugar entre los años 341 y 361, y marcó el inicio de una era de persecuciones contra los paganos en el Imperio Romano, con la emisión de leyes y edictos que castigaban las prácticas paganas. Desde el 350, nuevas leyes prescribían la pena máxima (muerte o bien exilio) para aquellos que realizaran o estuvieran en sacrificios paganos, y para los adoradores de ídolos; algunos templos fueron clausurados o saqueados, y el tradicional Altar de la Victoria fue retirado del Senado. Hubo episodios frecuentes de cristianos destruyendo, robando, desacralizando y vandalizando muchos de los antiguos templos, tumbas y monumentos. A pesar de que los edictos prohibían en teoría los cultos, en la práctica su aplicación era local y dependía del criterio de los gobernadores, algunos de ellos simpatizantes del paganismo, con lo que en muchas ocasiones se aplicaron sólo parcialmente. De ahí que algunas de las prohibiciones, como la de los sacrificios, se repita en varios decretos. El culto no estaba prohibido, y así siguió hasta Teodosio. (es)
- La persecución cristiana del paganismo bajo Constancio II tuvo lugar entre los años 341 y 361, y marcó el inicio de una era de persecuciones contra los paganos en el Imperio Romano, con la emisión de leyes y edictos que castigaban las prácticas paganas. Desde el 350, nuevas leyes prescribían la pena máxima (muerte o bien exilio) para aquellos que realizaran o estuvieran en sacrificios paganos, y para los adoradores de ídolos; algunos templos fueron clausurados o saqueados, y el tradicional Altar de la Victoria fue retirado del Senado. Hubo episodios frecuentes de cristianos destruyendo, robando, desacralizando y vandalizando muchos de los antiguos templos, tumbas y monumentos. A pesar de que los edictos prohibían en teoría los cultos, en la práctica su aplicación era local y dependía del criterio de los gobernadores, algunos de ellos simpatizantes del paganismo, con lo que en muchas ocasiones se aplicaron sólo parcialmente. De ahí que algunas de las prohibiciones, como la de los sacrificios, se repita en varios decretos. El culto no estaba prohibido, y así siguió hasta Teodosio. (es)
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