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- Dentro de la escuela epicúrea (el Jardín) se permitía el acceso a la enseñanzas de Epicuro a personas marginales dentro de la sociedad de la antigua Grecia, como esclavos, mujeres y prostitutas. Aristóteles consideraba que la mujer estaba sometida al hombre, pero se encontraba por encima de los esclavos. En el capítulo 12 de su Política, escribe: «El esclavo está absolutamente privado de voluntad; la mujer la tiene, pero subordinada; el niño sólo la tiene incompleta». Su opinión era más desfavorable que la de su maestro Platón, quien afirma en la República que «las mujeres son más débiles que los hombres» pero tienen la capacidad de gobernar como cualquier hombre. No obstante, ya se conocían en aquel entonces mujeres con formación filosófica como Aspasia, Hiparquia y Areta. La filosofía del epicureísmo no era abierta a la igualdad. En la misma línea que el cinismo, la escuela abogó por la igualdad de las mujeres en cuanto al pensamiento. El epicúreo Diógenes de Enoanda ofreció dar clases a mujeres. Por otro lado, el epicúreo Lucrecio excluyó a las mujeres en su audiencia. En su poema De rerum natura, Lucrecio se refiere a la diosa Venus. En el libro I es energía erótica placentera y benigna, natural y directa, y en el libro IV, urbana, degenerada y peligrosa. Tampoco las mujeres son peligrosas en sí mismas sino las vanas y locas idealizaciones de los hombres. La gran parte de las mujeres del Jardín eran de cortesanas. Entre las discípulas del Jardín se encuentran Temista y Leontion, citadas por el historiados Diogenes Laercio, y varias meretrices como Marmario, Hedía, Erocio, Nicidion y la esclava de Fedrión, quienes Timócrates afirmaba que convivían con Epicuro y Metrodoro, además de Boídion, añadida a lista por Plutarco. Según Plinio el Viejo, las epicúreas eran compañeras sexuales de los epicúreos y filósofas entregadas al Jardín. Estas fueron ambas admiradas y repudiadas por su condición social Varias mujeres epicúreas fueron citadas por autores como Cicerón, Diogenes Laercio, Plutarco y Clemente de Alejandría. (es)
- Dentro de la escuela epicúrea (el Jardín) se permitía el acceso a la enseñanzas de Epicuro a personas marginales dentro de la sociedad de la antigua Grecia, como esclavos, mujeres y prostitutas. Aristóteles consideraba que la mujer estaba sometida al hombre, pero se encontraba por encima de los esclavos. En el capítulo 12 de su Política, escribe: «El esclavo está absolutamente privado de voluntad; la mujer la tiene, pero subordinada; el niño sólo la tiene incompleta». Su opinión era más desfavorable que la de su maestro Platón, quien afirma en la República que «las mujeres son más débiles que los hombres» pero tienen la capacidad de gobernar como cualquier hombre. No obstante, ya se conocían en aquel entonces mujeres con formación filosófica como Aspasia, Hiparquia y Areta. La filosofía del epicureísmo no era abierta a la igualdad. En la misma línea que el cinismo, la escuela abogó por la igualdad de las mujeres en cuanto al pensamiento. El epicúreo Diógenes de Enoanda ofreció dar clases a mujeres. Por otro lado, el epicúreo Lucrecio excluyó a las mujeres en su audiencia. En su poema De rerum natura, Lucrecio se refiere a la diosa Venus. En el libro I es energía erótica placentera y benigna, natural y directa, y en el libro IV, urbana, degenerada y peligrosa. Tampoco las mujeres son peligrosas en sí mismas sino las vanas y locas idealizaciones de los hombres. La gran parte de las mujeres del Jardín eran de cortesanas. Entre las discípulas del Jardín se encuentran Temista y Leontion, citadas por el historiados Diogenes Laercio, y varias meretrices como Marmario, Hedía, Erocio, Nicidion y la esclava de Fedrión, quienes Timócrates afirmaba que convivían con Epicuro y Metrodoro, además de Boídion, añadida a lista por Plutarco. Según Plinio el Viejo, las epicúreas eran compañeras sexuales de los epicúreos y filósofas entregadas al Jardín. Estas fueron ambas admiradas y repudiadas por su condición social Varias mujeres epicúreas fueron citadas por autores como Cicerón, Diogenes Laercio, Plutarco y Clemente de Alejandría. (es)
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- Dentro de la escuela epicúrea (el Jardín) se permitía el acceso a la enseñanzas de Epicuro a personas marginales dentro de la sociedad de la antigua Grecia, como esclavos, mujeres y prostitutas. Aristóteles consideraba que la mujer estaba sometida al hombre, pero se encontraba por encima de los esclavos. En el capítulo 12 de su Política, escribe: «El esclavo está absolutamente privado de voluntad; la mujer la tiene, pero subordinada; el niño sólo la tiene incompleta». Su opinión era más desfavorable que la de su maestro Platón, quien afirma en la República que «las mujeres son más débiles que los hombres» pero tienen la capacidad de gobernar como cualquier hombre. No obstante, ya se conocían en aquel entonces mujeres con formación filosófica como Aspasia, Hiparquia y Areta. (es)
- Dentro de la escuela epicúrea (el Jardín) se permitía el acceso a la enseñanzas de Epicuro a personas marginales dentro de la sociedad de la antigua Grecia, como esclavos, mujeres y prostitutas. Aristóteles consideraba que la mujer estaba sometida al hombre, pero se encontraba por encima de los esclavos. En el capítulo 12 de su Política, escribe: «El esclavo está absolutamente privado de voluntad; la mujer la tiene, pero subordinada; el niño sólo la tiene incompleta». Su opinión era más desfavorable que la de su maestro Platón, quien afirma en la República que «las mujeres son más débiles que los hombres» pero tienen la capacidad de gobernar como cualquier hombre. No obstante, ya se conocían en aquel entonces mujeres con formación filosófica como Aspasia, Hiparquia y Areta. (es)
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