El lo-fi (abreviado del inglés low fidelity) es un enfoque de producción en el que predomina el uso de medios anticuados o de baja fidelidad de grabación, a veces como una mera decisión estética. Los estándares de calidad y producción musical han evolucionado a través de las décadas, significando que algunos ejemplos antiguos de lo-fi pudieron no ser originalmente reconocidos como tal. El lo-fi empezaría a considerarse como un estilo de música popular en los 90, cuando se le comenzaría a referir alternativamente como música DIY.