A principios del siglo XVII en zonas del actual departamento Pocito, cuenta la leyenda, vivía una nativa Huarpe llamada Mariana, cuyo aspecto físico era de una mujer alta, delgada, de rostro enjuto y huesudo, piel cobriza y largo cabello negro que caía, revuelto, en torno a su cuello,​ que siempre era acompañada y defendida por un perro. La misma se refugiaba bajo un algarrobo con su infaltable cigarro. Donde ocupaba el tiempo contando fabulosas historias y aventuras a los niños que se acercaban a ella, y vendiendo a viajeros y vecinos “piedritas brillantes”, que según la leyenda se trataba de pepitas de oro que Mariana extraía de un “pocito”. De allí el surguimiento del topónimo del departamento "Pocito".

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  • A principios del siglo XVII en zonas del actual departamento Pocito, cuenta la leyenda, vivía una nativa Huarpe llamada Mariana, cuyo aspecto físico era de una mujer alta, delgada, de rostro enjuto y huesudo, piel cobriza y largo cabello negro que caía, revuelto, en torno a su cuello,​ que siempre era acompañada y defendida por un perro. La misma se refugiaba bajo un algarrobo con su infaltable cigarro. Donde ocupaba el tiempo contando fabulosas historias y aventuras a los niños que se acercaban a ella, y vendiendo a viajeros y vecinos “piedritas brillantes”, que según la leyenda se trataba de pepitas de oro que Mariana extraía de un “pocito”. De allí el surguimiento del topónimo del departamento "Pocito". En el transcurso de una oscura noche, unos españoles quisieron robarle siguiendo la traza de un cigarrillo encendido. Grande fue su sorpresa cuando, al llegar junto al algarrobo, se encontraron con su perro que les mostraba sus colmillos. Los ladrones huyeron atemorizados, perseguidos por una carcajada de mujer que salía del árbol. Esa noche, un temblor sacudió la región y Mariana nunca más fue vista. Su "pocito" fue buscado, pero sin ningún resultado.​ (es)
  • A principios del siglo XVII en zonas del actual departamento Pocito, cuenta la leyenda, vivía una nativa Huarpe llamada Mariana, cuyo aspecto físico era de una mujer alta, delgada, de rostro enjuto y huesudo, piel cobriza y largo cabello negro que caía, revuelto, en torno a su cuello,​ que siempre era acompañada y defendida por un perro. La misma se refugiaba bajo un algarrobo con su infaltable cigarro. Donde ocupaba el tiempo contando fabulosas historias y aventuras a los niños que se acercaban a ella, y vendiendo a viajeros y vecinos “piedritas brillantes”, que según la leyenda se trataba de pepitas de oro que Mariana extraía de un “pocito”. De allí el surguimiento del topónimo del departamento "Pocito". En el transcurso de una oscura noche, unos españoles quisieron robarle siguiendo la traza de un cigarrillo encendido. Grande fue su sorpresa cuando, al llegar junto al algarrobo, se encontraron con su perro que les mostraba sus colmillos. Los ladrones huyeron atemorizados, perseguidos por una carcajada de mujer que salía del árbol. Esa noche, un temblor sacudió la región y Mariana nunca más fue vista. Su "pocito" fue buscado, pero sin ningún resultado.​ (es)
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  • A principios del siglo XVII en zonas del actual departamento Pocito, cuenta la leyenda, vivía una nativa Huarpe llamada Mariana, cuyo aspecto físico era de una mujer alta, delgada, de rostro enjuto y huesudo, piel cobriza y largo cabello negro que caía, revuelto, en torno a su cuello,​ que siempre era acompañada y defendida por un perro. La misma se refugiaba bajo un algarrobo con su infaltable cigarro. Donde ocupaba el tiempo contando fabulosas historias y aventuras a los niños que se acercaban a ella, y vendiendo a viajeros y vecinos “piedritas brillantes”, que según la leyenda se trataba de pepitas de oro que Mariana extraía de un “pocito”. De allí el surguimiento del topónimo del departamento "Pocito". (es)
  • A principios del siglo XVII en zonas del actual departamento Pocito, cuenta la leyenda, vivía una nativa Huarpe llamada Mariana, cuyo aspecto físico era de una mujer alta, delgada, de rostro enjuto y huesudo, piel cobriza y largo cabello negro que caía, revuelto, en torno a su cuello,​ que siempre era acompañada y defendida por un perro. La misma se refugiaba bajo un algarrobo con su infaltable cigarro. Donde ocupaba el tiempo contando fabulosas historias y aventuras a los niños que se acercaban a ella, y vendiendo a viajeros y vecinos “piedritas brillantes”, que según la leyenda se trataba de pepitas de oro que Mariana extraía de un “pocito”. De allí el surguimiento del topónimo del departamento "Pocito". (es)
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  • Leyenda de la nativa Mariana (es)
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