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- La hiperinflación argentina de 1989 y 1990 fue una crisis económica que afectó Argentina y que tuvo dos fuertes picos en los mencionados años. A partir del 6 de febrero de 1989, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se quedó sin reservas de moneda extranjera para subastar y satisfacer la demanda de moneda extranjera -dólares principalmente- y se retiró del mercado cambiario. Esto dio inicio a una espiral de fuertes depreciaciones del austral, acompañadas de permanentes subas de las tasas de interés y consecuente ahondamiento del déficit fiscal. Las corridas cambiarias y bancarias se sucedieron al día siguiente de que el BCRA se quedara sin reservas para intervenir en el mercado cambiario Estas circunstancias influyeron fuertemente para que el presidente radical Raúl Alfonsín adelantara las elecciones presidenciales al 14 de mayo de 1989, y para que en los mismos ganara el candidato peronista Carlos Menem. Los resultados electorales influyeron para que la inflación recrudeciera en hiperinflación, y de 460% de inflación en abril de 1989 se pasó a 764% en mayo. Presionado por el caos hiperinflacionario, una ola de saqueos y el temor a una nueva intentona militar de grupos como los carapintadas, Alfonsín también adelantó el traspaso de mando, realizado el 8 de julio de 1989. No obstante, la hiperinflación continuó en el siguiente gobierno. El segundo pico de la hiperinflación sucedió entre diciembre de 1989 y marzo de 1990, durante la primera presidencia de Carlos Menem, y provocó la renuncia del Ministro de Economía, Néstor Rapanelli, y el fin del Plan BB (por el grupo Bunge & Born). La hiperinflación continuó durante todo ese año y recién se llegaría a niveles de inflación pre-mayo del '89 en febrero de 1991 (582%). (es)
- La hiperinflación argentina de 1989 y 1990 fue una crisis económica que afectó Argentina y que tuvo dos fuertes picos en los mencionados años. A partir del 6 de febrero de 1989, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se quedó sin reservas de moneda extranjera para subastar y satisfacer la demanda de moneda extranjera -dólares principalmente- y se retiró del mercado cambiario. Esto dio inicio a una espiral de fuertes depreciaciones del austral, acompañadas de permanentes subas de las tasas de interés y consecuente ahondamiento del déficit fiscal. Las corridas cambiarias y bancarias se sucedieron al día siguiente de que el BCRA se quedara sin reservas para intervenir en el mercado cambiario Estas circunstancias influyeron fuertemente para que el presidente radical Raúl Alfonsín adelantara las elecciones presidenciales al 14 de mayo de 1989, y para que en los mismos ganara el candidato peronista Carlos Menem. Los resultados electorales influyeron para que la inflación recrudeciera en hiperinflación, y de 460% de inflación en abril de 1989 se pasó a 764% en mayo. Presionado por el caos hiperinflacionario, una ola de saqueos y el temor a una nueva intentona militar de grupos como los carapintadas, Alfonsín también adelantó el traspaso de mando, realizado el 8 de julio de 1989. No obstante, la hiperinflación continuó en el siguiente gobierno. El segundo pico de la hiperinflación sucedió entre diciembre de 1989 y marzo de 1990, durante la primera presidencia de Carlos Menem, y provocó la renuncia del Ministro de Economía, Néstor Rapanelli, y el fin del Plan BB (por el grupo Bunge & Born). La hiperinflación continuó durante todo ese año y recién se llegaría a niveles de inflación pre-mayo del '89 en febrero de 1991 (582%). (es)
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