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- La guerra de Samos (440-439 a. C.) fue un conflicto militar de la Antigua Grecia entre la polis de Atenas y la isla de Samos. La guerra se originó por la intervención ateniense en una disputa territorial entre Samos y Mileto por la posesión de Priene. Cuando los samios rehusaron interrumpir sus ataques sobre Mileto, los atenienses expulsaron al gobierno oligárquico de Samos e instalaron una guarnición en la ciudad. Los oligarcas no tardaron en regresar con la ayuda de los persas. Fue enviada entonces una gran flota para sofocar la agitación, que derrotó a los samios y bloqueó el acceso a la ciudad, pero Pericles, que estaba al mando, se vio obligado a conducir una sustancial porción de la flota hacia el sur, ante la aproximación de la flota persa. Aunque los persas regresaron antes de que las dos flotas se encontraran, la ausencia de la mayor parte de la flota ateniense permitió a los samios repeler al resto de sitiadores y controlar durante dos semanas las aguas que rodeaban la isla. Cuando Pericles regresó, los atenienses habían vuelto a bloquear y sitiar Samos. La ciudad se rindió nueve meses después. Bajo los términos de la capitulación, los samios demolieron sus murallas, entregaron los rehenes y su flota, y fueron obligados a pagar una indemnización de guerra a Atenas durante los siguientes 26 años. Durante el curso de la guerra, los samios habían pedido, aparentemente, ayuda a Esparta, la cual inicialmente estaba dispuesta a concederla, pero se lo impidió, principalmente, la falta de voluntad de Corinto de participar en una guerra contra Atenas en ese momento. En 433 a. C., cuando Corcira requirió ayuda a Atenas contra Corinto, los corintios recordarían a los atenienses la buena voluntad que habían mostrado entonces. (es)
- La guerra de Samos (440-439 a. C.) fue un conflicto militar de la Antigua Grecia entre la polis de Atenas y la isla de Samos. La guerra se originó por la intervención ateniense en una disputa territorial entre Samos y Mileto por la posesión de Priene. Cuando los samios rehusaron interrumpir sus ataques sobre Mileto, los atenienses expulsaron al gobierno oligárquico de Samos e instalaron una guarnición en la ciudad. Los oligarcas no tardaron en regresar con la ayuda de los persas. Fue enviada entonces una gran flota para sofocar la agitación, que derrotó a los samios y bloqueó el acceso a la ciudad, pero Pericles, que estaba al mando, se vio obligado a conducir una sustancial porción de la flota hacia el sur, ante la aproximación de la flota persa. Aunque los persas regresaron antes de que las dos flotas se encontraran, la ausencia de la mayor parte de la flota ateniense permitió a los samios repeler al resto de sitiadores y controlar durante dos semanas las aguas que rodeaban la isla. Cuando Pericles regresó, los atenienses habían vuelto a bloquear y sitiar Samos. La ciudad se rindió nueve meses después. Bajo los términos de la capitulación, los samios demolieron sus murallas, entregaron los rehenes y su flota, y fueron obligados a pagar una indemnización de guerra a Atenas durante los siguientes 26 años. Durante el curso de la guerra, los samios habían pedido, aparentemente, ayuda a Esparta, la cual inicialmente estaba dispuesta a concederla, pero se lo impidió, principalmente, la falta de voluntad de Corinto de participar en una guerra contra Atenas en ese momento. En 433 a. C., cuando Corcira requirió ayuda a Atenas contra Corinto, los corintios recordarían a los atenienses la buena voluntad que habían mostrado entonces. (es)
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