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- Una evocatio (del latín evoco, evocare, "convocar o invocar") o carmen evocationis, en la religión de la Antigua Roma, es un ritual especial por el que durante un conflicto se invitaba a las deidades tutelares del enemigo, a dejarles, para establecerse en Roma, donde se les construiría un templo más lujoso y se les ofrecería un culto mayor. Como táctica de guerra psicológica, la evocatio socavaba el sentido de seguridad del enemigo amenazando la santidad de los muros de la ciudad (ver pomerium) y otras formas de protección divina. En la práctica, la evocatio era una forma de mitigar el saqueo, por lo demás sacrílega, de las imágenes religiosas de los santuarios. Sólo existían dos procedimientos para poder introducir deidades extranjeras en Roma. Mediante la consulta de los Libros Sibilinos por los quindecenviros a petición del Senado o mediante la evocatio. Según la leyenda, durante la primera guerra latina, probablemente por influencia de alguna forma de evocación religiosa de algún pueblo de la península Itálica, el dictador Aulo Postumio Albino hizo un votum de evocatio, prometiendo la construcción de un templo a los Dioscuros. Como el resultado fue positivo, lo llegó a construir en la memoria de los héroes, el templo de Cástor y Pólux en el 484 a. C.. Por la evocatio llegó a Roma Juno Regina ("Juno la Reina", originalmente la etrusca Uni) de los Veyes en el 396 a. C., El ritual realizado por Publio Cornelio Escipión Emiliano en el 146 a. C. con la derrota de Cartago, incluyó a Tanit (Juno Caelestis). y la dedicación de un templo a una deidad sin nombre, de género indeterminado en Isaura Vetus en Asia Minor en el 75 a. C. Algunos estudiosos piensan que Vertumno (el etrusco ) fue traído a Roma por evocatio en el año 264 a. C., como consecuencia de la derrota de los Volsinii por . En la mitología romana, un concepto similar motivó el traslado del Paladio de Troya a Roma, donde sirvió como uno de los pignora imperii, símbolos sagrados de la soberanía romana. Sin embargo, sólo son conocidas evocaciones formales durante la República. Aparecen otras formas de asimilación religiosa a partir de Augusto, a menudo en relación con el establecimiento del la culto imperial en las provincias romanas. (es)
- Una evocatio (del latín evoco, evocare, "convocar o invocar") o carmen evocationis, en la religión de la Antigua Roma, es un ritual especial por el que durante un conflicto se invitaba a las deidades tutelares del enemigo, a dejarles, para establecerse en Roma, donde se les construiría un templo más lujoso y se les ofrecería un culto mayor. Como táctica de guerra psicológica, la evocatio socavaba el sentido de seguridad del enemigo amenazando la santidad de los muros de la ciudad (ver pomerium) y otras formas de protección divina. En la práctica, la evocatio era una forma de mitigar el saqueo, por lo demás sacrílega, de las imágenes religiosas de los santuarios. Sólo existían dos procedimientos para poder introducir deidades extranjeras en Roma. Mediante la consulta de los Libros Sibilinos por los quindecenviros a petición del Senado o mediante la evocatio. Según la leyenda, durante la primera guerra latina, probablemente por influencia de alguna forma de evocación religiosa de algún pueblo de la península Itálica, el dictador Aulo Postumio Albino hizo un votum de evocatio, prometiendo la construcción de un templo a los Dioscuros. Como el resultado fue positivo, lo llegó a construir en la memoria de los héroes, el templo de Cástor y Pólux en el 484 a. C.. Por la evocatio llegó a Roma Juno Regina ("Juno la Reina", originalmente la etrusca Uni) de los Veyes en el 396 a. C., El ritual realizado por Publio Cornelio Escipión Emiliano en el 146 a. C. con la derrota de Cartago, incluyó a Tanit (Juno Caelestis). y la dedicación de un templo a una deidad sin nombre, de género indeterminado en Isaura Vetus en Asia Minor en el 75 a. C. Algunos estudiosos piensan que Vertumno (el etrusco ) fue traído a Roma por evocatio en el año 264 a. C., como consecuencia de la derrota de los Volsinii por . En la mitología romana, un concepto similar motivó el traslado del Paladio de Troya a Roma, donde sirvió como uno de los pignora imperii, símbolos sagrados de la soberanía romana. Sin embargo, sólo son conocidas evocaciones formales durante la República. Aparecen otras formas de asimilación religiosa a partir de Augusto, a menudo en relación con el establecimiento del la culto imperial en las provincias romanas. (es)
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- Una evocatio (del latín evoco, evocare, "convocar o invocar") o carmen evocationis, en la religión de la Antigua Roma, es un ritual especial por el que durante un conflicto se invitaba a las deidades tutelares del enemigo, a dejarles, para establecerse en Roma, donde se les construiría un templo más lujoso y se les ofrecería un culto mayor. Sólo existían dos procedimientos para poder introducir deidades extranjeras en Roma. Mediante la consulta de los Libros Sibilinos por los quindecenviros a petición del Senado o mediante la evocatio. (es)
- Una evocatio (del latín evoco, evocare, "convocar o invocar") o carmen evocationis, en la religión de la Antigua Roma, es un ritual especial por el que durante un conflicto se invitaba a las deidades tutelares del enemigo, a dejarles, para establecerse en Roma, donde se les construiría un templo más lujoso y se les ofrecería un culto mayor. Sólo existían dos procedimientos para poder introducir deidades extranjeras en Roma. Mediante la consulta de los Libros Sibilinos por los quindecenviros a petición del Senado o mediante la evocatio. (es)
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