La escultura francesa del siglo XIX representa la producción escultórica y estatuaria en Francia entre 1801 y 1901. Se caracteriza por la diversidad de corrientes y de estilos, que van desde el neoclasicismo a principios de siglo, hasta el Art Nouveau y el arte moderno de fin de siglo.

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  • La escultura francesa del siglo XIX representa la producción escultórica y estatuaria en Francia entre 1801 y 1901. Se caracteriza por la diversidad de corrientes y de estilos, que van desde el neoclasicismo a principios de siglo, hasta el Art Nouveau y el arte moderno de fin de siglo. La escultura francesa del siglo XIX está marcada por una producción muy importante inducida por los encargos oficiales relacionados con las transformaciones urbanas y con la secularización de la vida pública: las ciudades y los gobiernos, particularmente con Napoleón III y la Tercera República, compitieron en esta área. El ascenso de una burguesía adinerada también participa de la moda de la estatuaria con los monumentos funerarios privados y el gusto por las pequeñas piezas de bronce del que muchos escultores de animales harán una especialidad. Los múltiples encargos públicos, más el peso de la Academia y de la Escuela de Bellas Artes, reforzaron más el academicismo dominante y el neoclasicismo que la expresión personal de los artistas. Las personalidades que destacaran con estilo propio serán muy pocas: François Rude y James Pradier, en el primer período; Albert-Ernest Carrier-Belleuse, Jean-Baptiste Carpeaux, Antoine-Louis Barye, y en especial David d'Angers, a mediados de siglo; más tarde Auguste Bartholdi y Jules Dalou, antes de la aparición en la década de 1880 de Auguste Rodin, que dominará la escultura europea; y le seguirán Camille Claudel y Antoine Bourdelle en el cambio de siglo. Varios pintores también practicarían la escultura, como Honoré Daumier, Gustave Doré, Jean-Léon Gérôme, Edgar Degas y Paul Gauguin. Algunas esculturas de este siglo provocaron escándalo al ser expuestas, , de Pradier en 1834, Tuerie [Asesinato] de del mismo año, [Mujer picada por una serpiente] de Auguste Clésinger en 1847, Gorille enlevant une négresse [Gorila secuestrando a un regrero], de Emmanuel Frémiet en 1859, La Danse de Carpeaux en 1869, la Petite Danseuse de quatorze ans [La pequeña bailarina de catorce años] de Degas en 1881, y el Monument à Balzac de Rodin en 1897. Los museos parisinos (Louvre, Musée d'Orsay, Petit Palais o Musée Rodin) reflejan estas riquezas, que también abundan en los entonces nuevos desarrollos urbanos, especialmente en las plazas, jardines y puentes —y, por supuesto, cementerios— de París, sin menoscabo de algunas ciudades de provincias con un rico patrimonio. (es)
  • La escultura francesa del siglo XIX representa la producción escultórica y estatuaria en Francia entre 1801 y 1901. Se caracteriza por la diversidad de corrientes y de estilos, que van desde el neoclasicismo a principios de siglo, hasta el Art Nouveau y el arte moderno de fin de siglo. La escultura francesa del siglo XIX está marcada por una producción muy importante inducida por los encargos oficiales relacionados con las transformaciones urbanas y con la secularización de la vida pública: las ciudades y los gobiernos, particularmente con Napoleón III y la Tercera República, compitieron en esta área. El ascenso de una burguesía adinerada también participa de la moda de la estatuaria con los monumentos funerarios privados y el gusto por las pequeñas piezas de bronce del que muchos escultores de animales harán una especialidad. Los múltiples encargos públicos, más el peso de la Academia y de la Escuela de Bellas Artes, reforzaron más el academicismo dominante y el neoclasicismo que la expresión personal de los artistas. Las personalidades que destacaran con estilo propio serán muy pocas: François Rude y James Pradier, en el primer período; Albert-Ernest Carrier-Belleuse, Jean-Baptiste Carpeaux, Antoine-Louis Barye, y en especial David d'Angers, a mediados de siglo; más tarde Auguste Bartholdi y Jules Dalou, antes de la aparición en la década de 1880 de Auguste Rodin, que dominará la escultura europea; y le seguirán Camille Claudel y Antoine Bourdelle en el cambio de siglo. Varios pintores también practicarían la escultura, como Honoré Daumier, Gustave Doré, Jean-Léon Gérôme, Edgar Degas y Paul Gauguin. Algunas esculturas de este siglo provocaron escándalo al ser expuestas, , de Pradier en 1834, Tuerie [Asesinato] de del mismo año, [Mujer picada por una serpiente] de Auguste Clésinger en 1847, Gorille enlevant une négresse [Gorila secuestrando a un regrero], de Emmanuel Frémiet en 1859, La Danse de Carpeaux en 1869, la Petite Danseuse de quatorze ans [La pequeña bailarina de catorce años] de Degas en 1881, y el Monument à Balzac de Rodin en 1897. Los museos parisinos (Louvre, Musée d'Orsay, Petit Palais o Musée Rodin) reflejan estas riquezas, que también abundan en los entonces nuevos desarrollos urbanos, especialmente en las plazas, jardines y puentes —y, por supuesto, cementerios— de París, sin menoscabo de algunas ciudades de provincias con un rico patrimonio. (es)
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  • La escultura francesa del siglo XIX representa la producción escultórica y estatuaria en Francia entre 1801 y 1901. Se caracteriza por la diversidad de corrientes y de estilos, que van desde el neoclasicismo a principios de siglo, hasta el Art Nouveau y el arte moderno de fin de siglo. (es)
  • La escultura francesa del siglo XIX representa la producción escultórica y estatuaria en Francia entre 1801 y 1901. Se caracteriza por la diversidad de corrientes y de estilos, que van desde el neoclasicismo a principios de siglo, hasta el Art Nouveau y el arte moderno de fin de siglo. (es)
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  • Escultura francesa del siglo XIX (es)
  • Escultura francesa del siglo XIX (es)
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