El efecto auditivo por microondas, también conocido como efecto de audición de microondas o efecto Frey, consta de clics inducidos por frecuencias de microondas pulsadas/moduladas. Los clics se generan directamente dentro de la cabeza humana sin necesidad de ningún dispositivo electrónico receptor. El efecto fue reportado primero por las personas que trabajan en las proximidades de transpondedores de radar durante la II Guerra Mundial. Estos sonidos inducidos no son audibles para otras personas cercanas. Más tarde se descubrió el efecto auditivo de microondas a ser inducibles con porciones de menor longitud de onda del espectro electromagnético. Durante la guerra fría, el neurocientífico americano Allan H. Frey estudió este fenómeno y fue el primero en publicar​ información sobre la natura

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  • El efecto auditivo por microondas, también conocido como efecto de audición de microondas o efecto Frey, consta de clics inducidos por frecuencias de microondas pulsadas/moduladas. Los clics se generan directamente dentro de la cabeza humana sin necesidad de ningún dispositivo electrónico receptor. El efecto fue reportado primero por las personas que trabajan en las proximidades de transpondedores de radar durante la II Guerra Mundial. Estos sonidos inducidos no son audibles para otras personas cercanas. Más tarde se descubrió el efecto auditivo de microondas a ser inducibles con porciones de menor longitud de onda del espectro electromagnético. Durante la guerra fría, el neurocientífico americano Allan H. Frey estudió este fenómeno y fue el primero en publicar​ información sobre la naturaleza de los efectos auditivos por microondas. Dr. Don R. Justesen había publicado "Microondas y comportamiento" en The American Psychologist (volumen 30, marzo de 1975, número 3). La investigación de la NASA al respecto, en la década de 1970[cita requerida] mostró que este efecto se produce como resultado de la expansión térmica de las partes del oído humano alrededor de la cóclea, incluso en la densidad de energía baja. Más tarde, se encontró que la señal modulada podía producir sonidos o palabras que parecían de origen intracranial. Esto fue estudiado para su posible uso en comunicaciones. Los Estados Unidos y la URSS estudiaron su uso en armas no letales.[cita requerida] Los pulsos de microondas pueden ser escuchados por algunos trabajadores; el personal irradiado percibe sensaciones auditivas de clic o de zumbido. La causa se cree que es la expansión térmica de porciones del aparato auditivo.​ La respuesta del sistema auditivo se produce al menos desde 200 MHz a por lo menos 3 GHz. En las pruebas, la frecuencia de repetición fue de 50 Hz, con anchura de pulso entre 10–70 microsegundos. El volumen percibido se encontró relacionado con la densidad de potencia de pico en lugar de la densidad de potencia media. En 1.245 GHz, la densidad de potencia de pico de percepción estuvo por debajo de 80 mW/cm2. El mecanismo generalmente aceptado es el calentamiento rápido (pero minúsculo, en el rango de 10−5°C) del cerebro por cada pulso y la onda de presión resultante viaja a través del cráneo a la cóclea.​ La existencia de armas no letales que aprovechan el efecto auditivo por microondas parece haber sido clasificada secreta en los Estados Unidos desde (a más tardar) 1998, hasta la desclasificación del 6 de diciembre de 2006 de "Repetidores del seleccionado de no letales armas" en respuesta a una solicitud de FOIA. La aplicación de la tecnología de audiención de microondas podría facilitar la transmisión de una mensaje privado. Citando la fuente anterior, "La audiencia de microondas puede ser útil al proporcionar una condición perjudicial para la persona no consciente de la tecnología. No sólo podría ser perjudicial para el sentido del oído, podría ser psicológicamente devastador si uno de repente escucha "voces dentro de la cabeza". La tecnología ganó aún más la atención del público cuando una compañía anunció a principios de 2008 que estuvieron cerca de fildear un dispositivo llamado (Mob Excess Deterrent Using Silent Audio) basado en tal principio.​ La electrorrecepción también se ha estudiado en el mundo animal. Ritz et al., en Biophysical Journal,​ la hipótesis de que la transducción geomagnética del campo terrestre, es responsable de los sistemas de magnetorrecepción de las aves. Específicamente, proponen que esta transducción pueda tomar lugar en una clase de fotorreceptores criptocromos. (es)
  • El efecto auditivo por microondas, también conocido como efecto de audición de microondas o efecto Frey, consta de clics inducidos por frecuencias de microondas pulsadas/moduladas. Los clics se generan directamente dentro de la cabeza humana sin necesidad de ningún dispositivo electrónico receptor. El efecto fue reportado primero por las personas que trabajan en las proximidades de transpondedores de radar durante la II Guerra Mundial. Estos sonidos inducidos no son audibles para otras personas cercanas. Más tarde se descubrió el efecto auditivo de microondas a ser inducibles con porciones de menor longitud de onda del espectro electromagnético. Durante la guerra fría, el neurocientífico americano Allan H. Frey estudió este fenómeno y fue el primero en publicar​ información sobre la naturaleza de los efectos auditivos por microondas. Dr. Don R. Justesen había publicado "Microondas y comportamiento" en The American Psychologist (volumen 30, marzo de 1975, número 3). La investigación de la NASA al respecto, en la década de 1970[cita requerida] mostró que este efecto se produce como resultado de la expansión térmica de las partes del oído humano alrededor de la cóclea, incluso en la densidad de energía baja. Más tarde, se encontró que la señal modulada podía producir sonidos o palabras que parecían de origen intracranial. Esto fue estudiado para su posible uso en comunicaciones. Los Estados Unidos y la URSS estudiaron su uso en armas no letales.[cita requerida] Los pulsos de microondas pueden ser escuchados por algunos trabajadores; el personal irradiado percibe sensaciones auditivas de clic o de zumbido. La causa se cree que es la expansión térmica de porciones del aparato auditivo.​ La respuesta del sistema auditivo se produce al menos desde 200 MHz a por lo menos 3 GHz. En las pruebas, la frecuencia de repetición fue de 50 Hz, con anchura de pulso entre 10–70 microsegundos. El volumen percibido se encontró relacionado con la densidad de potencia de pico en lugar de la densidad de potencia media. En 1.245 GHz, la densidad de potencia de pico de percepción estuvo por debajo de 80 mW/cm2. El mecanismo generalmente aceptado es el calentamiento rápido (pero minúsculo, en el rango de 10−5°C) del cerebro por cada pulso y la onda de presión resultante viaja a través del cráneo a la cóclea.​ La existencia de armas no letales que aprovechan el efecto auditivo por microondas parece haber sido clasificada secreta en los Estados Unidos desde (a más tardar) 1998, hasta la desclasificación del 6 de diciembre de 2006 de "Repetidores del seleccionado de no letales armas" en respuesta a una solicitud de FOIA. La aplicación de la tecnología de audiención de microondas podría facilitar la transmisión de una mensaje privado. Citando la fuente anterior, "La audiencia de microondas puede ser útil al proporcionar una condición perjudicial para la persona no consciente de la tecnología. No sólo podría ser perjudicial para el sentido del oído, podría ser psicológicamente devastador si uno de repente escucha "voces dentro de la cabeza". La tecnología ganó aún más la atención del público cuando una compañía anunció a principios de 2008 que estuvieron cerca de fildear un dispositivo llamado (Mob Excess Deterrent Using Silent Audio) basado en tal principio.​ La electrorrecepción también se ha estudiado en el mundo animal. Ritz et al., en Biophysical Journal,​ la hipótesis de que la transducción geomagnética del campo terrestre, es responsable de los sistemas de magnetorrecepción de las aves. Específicamente, proponen que esta transducción pueda tomar lugar en una clase de fotorreceptores criptocromos. (es)
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  • El efecto auditivo por microondas, también conocido como efecto de audición de microondas o efecto Frey, consta de clics inducidos por frecuencias de microondas pulsadas/moduladas. Los clics se generan directamente dentro de la cabeza humana sin necesidad de ningún dispositivo electrónico receptor. El efecto fue reportado primero por las personas que trabajan en las proximidades de transpondedores de radar durante la II Guerra Mundial. Estos sonidos inducidos no son audibles para otras personas cercanas. Más tarde se descubrió el efecto auditivo de microondas a ser inducibles con porciones de menor longitud de onda del espectro electromagnético. Durante la guerra fría, el neurocientífico americano Allan H. Frey estudió este fenómeno y fue el primero en publicar​ información sobre la natura (es)
  • El efecto auditivo por microondas, también conocido como efecto de audición de microondas o efecto Frey, consta de clics inducidos por frecuencias de microondas pulsadas/moduladas. Los clics se generan directamente dentro de la cabeza humana sin necesidad de ningún dispositivo electrónico receptor. El efecto fue reportado primero por las personas que trabajan en las proximidades de transpondedores de radar durante la II Guerra Mundial. Estos sonidos inducidos no son audibles para otras personas cercanas. Más tarde se descubrió el efecto auditivo de microondas a ser inducibles con porciones de menor longitud de onda del espectro electromagnético. Durante la guerra fría, el neurocientífico americano Allan H. Frey estudió este fenómeno y fue el primero en publicar​ información sobre la natura (es)
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  • Efecto auditivo por microondas (es)
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