Diego Rivera es una obra ilustrada escrita por el filósofo mexicano Samuel Ramos publicada inicialmente en 1935. Se trata de un ensayo que contiene una serie de reflexiones estéticas acerca de la obra del pintor mexicano Diego Rivera la cual no tenía la valoración que, según Ramos, tanto merecía. A partir de la publicación de Diego Rivera, la obra del muralista comenzó a tener importancia ya no acompañadas de negativas polémicas, sino como parte influyente en la crítica y la historia del arte.

Property Value
dbo:abstract
  • Diego Rivera es una obra ilustrada escrita por el filósofo mexicano Samuel Ramos publicada inicialmente en 1935. Se trata de un ensayo que contiene una serie de reflexiones estéticas acerca de la obra del pintor mexicano Diego Rivera la cual no tenía la valoración que, según Ramos, tanto merecía. A partir de la publicación de Diego Rivera, la obra del muralista comenzó a tener importancia ya no acompañadas de negativas polémicas, sino como parte influyente en la crítica y la historia del arte. En 1937, con la publicación de El arte moderno en México de Justino Fernández, colocó al pintor Diego Rivera entre los muralistas importantes de su tiempo, llegando a tener reconocimiento internacional, prueba de ello fue la primera biografía autorizada por el mismo Rivera.​ Veintitrés años después de la publicación de la primera edición de la obra de Ramos (1935), en 1958, él mismo preparó la segunda edición con correcciones que no se adaptaban a las nuevas ideas que surgían de las obras de Rivera, a la vez que se amplió el catálogo de imágenes de sus pinturas, incluyéndose así obras no sólo muralísticas sino también de caballete y acuarelas. La obra de Diego Rivera, escribe el autor, estando tan bien ubicada en la realidad social de México, ocasionó la indignación entre la clase burguesa de entonces: el pintor mostraba en su obra una parte de la sociedad que a la clase alta le parecía inexistente. Para muchos, la obra de Rivera fue considerada un ataque a la integridad nacional al no mostrar los aspectos “agradables” de México sino sólo su parte más primitiva: el indígena, el campesino y el obrero. Ramos se percata de que, a raíz de la polémica que la obra riveriana levantó entre las clases altas de la sociedad, Rivera fue criticado injustamente por ser visto desde perspectivas políticas, sociales o, como dice el autor, “simplemente hedonistas”, cuando su obra debió de ser juzgada desde puntos de vista meramente estéticos. Para Ramos, Diego Rivera revolucionó el arte al expresar las manifestaciones de la Revolución de 1910 como un aspecto íntimamente ligado a la identidad de los mexicanos. La obra de Rivera, expone Ramos, debe considerarse como un descubrimiento de éste acontecimiento histórico dentro de los múltiples aspectos que México posee y que antes no se le había dado el reconocimiento que merecía. Ramos resume el aprendizaje académico que Rivera tuvo en sus primeros años de pintor, entre los que se encuentran artistas del post-impresionismo francés que Rivera conoció durante su estancia en París, tales como Renoir, Monet, Seurat, entre otros. Rivera tuvo un ansia de aprender de los artistas reconocidos que le ayudó a adquirir poco a poco una personalidad propia. Rivera, en su pintura y a diferencia de los demás paisajistas mexicanos de su tiempo que imitaban el estilo francés del impresionismo, fue el primero en retratar el auténtico paisaje de México. Rivera se distinguió por tomar como base de su pintura una idea social, que para Ramos es la unión de Rivera con un mundo pictórico que se establece como fecha histórica de la cultura mexicana gracias al ideal social que representa el momento de una realidad de México. La obra de Rivera fue recibida por la crítica con mucha hostilidad, pero siempre se destacó por nunca ser ignorada. Para Ramos, la obra riveriana contiene elementos contrarios que despiertan en el espectador la sensación de desagrado o admiración, siendo esa dualidad uno de los principales atractivos de su estilo. Diego Rivera guarda un interés para la historia del arte contemporáneo en México. Se declara como un texto clásico para el testimonio de la cultura artística mexicana. La obra cuenta con un abundante compendio de obras muralísticas, de caballete y acuarelas del pintor procedentes del Archivo Fotográfico del Instituto de Investigaciones Estéticas, así como del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, INBA, además, de fotografías a color tomadas por Flor Garduño. En una nueva edición publicada en 1986 se incluyeron obras por primera vez publicadas ya que pertenecen a una colección privada. (es)
  • Diego Rivera es una obra ilustrada escrita por el filósofo mexicano Samuel Ramos publicada inicialmente en 1935. Se trata de un ensayo que contiene una serie de reflexiones estéticas acerca de la obra del pintor mexicano Diego Rivera la cual no tenía la valoración que, según Ramos, tanto merecía. A partir de la publicación de Diego Rivera, la obra del muralista comenzó a tener importancia ya no acompañadas de negativas polémicas, sino como parte influyente en la crítica y la historia del arte. En 1937, con la publicación de El arte moderno en México de Justino Fernández, colocó al pintor Diego Rivera entre los muralistas importantes de su tiempo, llegando a tener reconocimiento internacional, prueba de ello fue la primera biografía autorizada por el mismo Rivera.​ Veintitrés años después de la publicación de la primera edición de la obra de Ramos (1935), en 1958, él mismo preparó la segunda edición con correcciones que no se adaptaban a las nuevas ideas que surgían de las obras de Rivera, a la vez que se amplió el catálogo de imágenes de sus pinturas, incluyéndose así obras no sólo muralísticas sino también de caballete y acuarelas. La obra de Diego Rivera, escribe el autor, estando tan bien ubicada en la realidad social de México, ocasionó la indignación entre la clase burguesa de entonces: el pintor mostraba en su obra una parte de la sociedad que a la clase alta le parecía inexistente. Para muchos, la obra de Rivera fue considerada un ataque a la integridad nacional al no mostrar los aspectos “agradables” de México sino sólo su parte más primitiva: el indígena, el campesino y el obrero. Ramos se percata de que, a raíz de la polémica que la obra riveriana levantó entre las clases altas de la sociedad, Rivera fue criticado injustamente por ser visto desde perspectivas políticas, sociales o, como dice el autor, “simplemente hedonistas”, cuando su obra debió de ser juzgada desde puntos de vista meramente estéticos. Para Ramos, Diego Rivera revolucionó el arte al expresar las manifestaciones de la Revolución de 1910 como un aspecto íntimamente ligado a la identidad de los mexicanos. La obra de Rivera, expone Ramos, debe considerarse como un descubrimiento de éste acontecimiento histórico dentro de los múltiples aspectos que México posee y que antes no se le había dado el reconocimiento que merecía. Ramos resume el aprendizaje académico que Rivera tuvo en sus primeros años de pintor, entre los que se encuentran artistas del post-impresionismo francés que Rivera conoció durante su estancia en París, tales como Renoir, Monet, Seurat, entre otros. Rivera tuvo un ansia de aprender de los artistas reconocidos que le ayudó a adquirir poco a poco una personalidad propia. Rivera, en su pintura y a diferencia de los demás paisajistas mexicanos de su tiempo que imitaban el estilo francés del impresionismo, fue el primero en retratar el auténtico paisaje de México. Rivera se distinguió por tomar como base de su pintura una idea social, que para Ramos es la unión de Rivera con un mundo pictórico que se establece como fecha histórica de la cultura mexicana gracias al ideal social que representa el momento de una realidad de México. La obra de Rivera fue recibida por la crítica con mucha hostilidad, pero siempre se destacó por nunca ser ignorada. Para Ramos, la obra riveriana contiene elementos contrarios que despiertan en el espectador la sensación de desagrado o admiración, siendo esa dualidad uno de los principales atractivos de su estilo. Diego Rivera guarda un interés para la historia del arte contemporáneo en México. Se declara como un texto clásico para el testimonio de la cultura artística mexicana. La obra cuenta con un abundante compendio de obras muralísticas, de caballete y acuarelas del pintor procedentes del Archivo Fotográfico del Instituto de Investigaciones Estéticas, así como del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas, INBA, además, de fotografías a color tomadas por Flor Garduño. En una nueva edición publicada en 1986 se incluyeron obras por primera vez publicadas ya que pertenecen a una colección privada. (es)
dbo:wikiPageID
  • 8159436 (xsd:integer)
dbo:wikiPageLength
  • 9491 (xsd:integer)
dbo:wikiPageRevisionID
  • 118118444 (xsd:integer)
dct:subject
rdfs:comment
  • Diego Rivera es una obra ilustrada escrita por el filósofo mexicano Samuel Ramos publicada inicialmente en 1935. Se trata de un ensayo que contiene una serie de reflexiones estéticas acerca de la obra del pintor mexicano Diego Rivera la cual no tenía la valoración que, según Ramos, tanto merecía. A partir de la publicación de Diego Rivera, la obra del muralista comenzó a tener importancia ya no acompañadas de negativas polémicas, sino como parte influyente en la crítica y la historia del arte. (es)
  • Diego Rivera es una obra ilustrada escrita por el filósofo mexicano Samuel Ramos publicada inicialmente en 1935. Se trata de un ensayo que contiene una serie de reflexiones estéticas acerca de la obra del pintor mexicano Diego Rivera la cual no tenía la valoración que, según Ramos, tanto merecía. A partir de la publicación de Diego Rivera, la obra del muralista comenzó a tener importancia ya no acompañadas de negativas polémicas, sino como parte influyente en la crítica y la historia del arte. (es)
rdfs:label
  • Diego Rivera (ensayo) (es)
  • Diego Rivera (ensayo) (es)
prov:wasDerivedFrom
foaf:isPrimaryTopicOf
is dbo:wikiPageRedirects of
is foaf:primaryTopic of