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- En biología se dice que una población o especie ha sufrido una situación de cuello de botella cuando ha experimentado un drástico descenso en el número de miembros en algún momento del pasado, llegando en algunos casos a estar al borde de la extinción. Como consecuencia, los ejemplares de las generaciones posteriores al cuello de botella presentan una escasa variabilidad genética y la antigua proporción de alelos en el conjunto de la población ha cambiado considerablemente. Suponiendo una acción genética neutra y aditiva, se espera que los cuellos de botella disminuyan la variación genética, y reduzcan consecuentemente el potencial evolutivo de las poblaciones. Sin embargo, los cuellos de botella se consideran mecanismos conductores de la especiación y evolución adaptativa; puesto que dichos eventos de reducción del tamaño de la población, con frecuencia producen cambios estocásticos en la composición genética de la población, conocidos como deriva génica. Los cuellos de botella aceleran la deriva genética y la evolución de las especies que los experimentan de forma considerable, pues se produce una selección intensiva de determinados caracteres que pasan a ser mayoritarios en los individuos supervivientes, mientras que otros menos favorables se reducen o desaparecen por completo (a menos que el cuello de botella haya sido causado de forma no natural, por ejemplo, mediante la caza o tala masiva de árboles practicada por la especie humana). Posterior a los cuellos de botella, si un número limitado de organismos sobrevivientes encuentra a una población en un nuevo ambiente (colonización o infección de microorganismos en un huésped), estos organismos determinarán la composición genética y las subsecuentes generaciones, creando un “efecto fundador”, que resulta en la deriva génica. Los cuellos de botella, pueden ocurrir frecuentemente durante el ciclo de vida de los virus de ARN. En las infecciones, los cuellos de botella crean diversidad genética en las epidemias; y se ha demostrado que ejercen influencia sobre el efecto de la recombinación y la transferencia horizontal de genes, así como en la resistencia a drogas. Los cuellos de botella pueden además reducir la virulencia de patógenos y su adaptación a nuevos huéspedes, puesto que incrementan la tasa con la cual las mutaciones atenuadas se fijan en una población. (es)
- En biología se dice que una población o especie ha sufrido una situación de cuello de botella cuando ha experimentado un drástico descenso en el número de miembros en algún momento del pasado, llegando en algunos casos a estar al borde de la extinción. Como consecuencia, los ejemplares de las generaciones posteriores al cuello de botella presentan una escasa variabilidad genética y la antigua proporción de alelos en el conjunto de la población ha cambiado considerablemente. Suponiendo una acción genética neutra y aditiva, se espera que los cuellos de botella disminuyan la variación genética, y reduzcan consecuentemente el potencial evolutivo de las poblaciones. Sin embargo, los cuellos de botella se consideran mecanismos conductores de la especiación y evolución adaptativa; puesto que dichos eventos de reducción del tamaño de la población, con frecuencia producen cambios estocásticos en la composición genética de la población, conocidos como deriva génica. Los cuellos de botella aceleran la deriva genética y la evolución de las especies que los experimentan de forma considerable, pues se produce una selección intensiva de determinados caracteres que pasan a ser mayoritarios en los individuos supervivientes, mientras que otros menos favorables se reducen o desaparecen por completo (a menos que el cuello de botella haya sido causado de forma no natural, por ejemplo, mediante la caza o tala masiva de árboles practicada por la especie humana). Posterior a los cuellos de botella, si un número limitado de organismos sobrevivientes encuentra a una población en un nuevo ambiente (colonización o infección de microorganismos en un huésped), estos organismos determinarán la composición genética y las subsecuentes generaciones, creando un “efecto fundador”, que resulta en la deriva génica. Los cuellos de botella, pueden ocurrir frecuentemente durante el ciclo de vida de los virus de ARN. En las infecciones, los cuellos de botella crean diversidad genética en las epidemias; y se ha demostrado que ejercen influencia sobre el efecto de la recombinación y la transferencia horizontal de genes, así como en la resistencia a drogas. Los cuellos de botella pueden además reducir la virulencia de patógenos y su adaptación a nuevos huéspedes, puesto que incrementan la tasa con la cual las mutaciones atenuadas se fijan en una población. (es)
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