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- La epístola o discurso A Diogneto (Ἐπιστολὴ πρὸς Διόγνητον; en latín, Epistula ad Diognetum) es una obra de la apologética cristiana, escrita, quizás, en las postrimerías del siglo II. Esta pequeña obra, de apenas doce capítulos, es una pieza singular de la literatura cristiana. Es singular por su catalogación, por su origen incierto, por su chocante descubrimiento, por la fatídica destrucción del único códice que la contenía. Es singular también por su autoría, por los enigmas que plantea, por la originalidad de las teorías de que es objeto. Sobre todo es singular por su belleza y elegancia, que discurre lejos de la crudeza de Taciano, la franqueza de Justino, los escarnios de Hermias, la simplicidad de Arístides, el fideísmo de Teófilo o las filosóficas legaciones de Atenágoras. Por su estilo, aunque no tanto por su contenido, A Diogneto se eleva muy por encima de otros escritos de la apologética cristiana. Lo más incomprensible de esta obra es que nadie la conociese antes de su descubrimiento en el siglo XV. No existe mención alguna, explícita o implícita, que permita suponer que alguno de los Padres de la Iglesia la leyera, siquiera que tuviese noticia de su existencia. Tampoco en las fuentes griegas, judías, gnósticas o en cualquier otro lugar se ha encontrado indicio alguno de su paso por la historia. ¿Cómo es posible —se pregunta todavía hoy la crítica— que esta notable obra pasase desapercibida durante mil doscientos años, teniendo como se tienen noticias de infinidad de autores menores y fragmentos sueltos de casi todos ellos? ¿Cómo pudo ocurrir que no la conociese Eusebio de Cesarea, que recogía todas las noticias que llegaban a sus oídos? ¿Cómo es posible que nadie sepa nada de su autor o su destinatario? Y si por fin fuese cierto que nadie la conocía y nadie la leyó ¿cómo es posible que haya llegado a nosotros? Estas preguntas son únicas en el ámbito de la patrología pues A Diogneto tiene el raro privilegio de ser una de las pocas obras de la literatura antenicena cristiana no mencionadas por Eusebio. Tampoco por otros historiadores de la Iglesia como Jerónimo, Genadio de Marsella, o Focio en el siglo IX. (es)
- La epístola o discurso A Diogneto (Ἐπιστολὴ πρὸς Διόγνητον; en latín, Epistula ad Diognetum) es una obra de la apologética cristiana, escrita, quizás, en las postrimerías del siglo II. Esta pequeña obra, de apenas doce capítulos, es una pieza singular de la literatura cristiana. Es singular por su catalogación, por su origen incierto, por su chocante descubrimiento, por la fatídica destrucción del único códice que la contenía. Es singular también por su autoría, por los enigmas que plantea, por la originalidad de las teorías de que es objeto. Sobre todo es singular por su belleza y elegancia, que discurre lejos de la crudeza de Taciano, la franqueza de Justino, los escarnios de Hermias, la simplicidad de Arístides, el fideísmo de Teófilo o las filosóficas legaciones de Atenágoras. Por su estilo, aunque no tanto por su contenido, A Diogneto se eleva muy por encima de otros escritos de la apologética cristiana. Lo más incomprensible de esta obra es que nadie la conociese antes de su descubrimiento en el siglo XV. No existe mención alguna, explícita o implícita, que permita suponer que alguno de los Padres de la Iglesia la leyera, siquiera que tuviese noticia de su existencia. Tampoco en las fuentes griegas, judías, gnósticas o en cualquier otro lugar se ha encontrado indicio alguno de su paso por la historia. ¿Cómo es posible —se pregunta todavía hoy la crítica— que esta notable obra pasase desapercibida durante mil doscientos años, teniendo como se tienen noticias de infinidad de autores menores y fragmentos sueltos de casi todos ellos? ¿Cómo pudo ocurrir que no la conociese Eusebio de Cesarea, que recogía todas las noticias que llegaban a sus oídos? ¿Cómo es posible que nadie sepa nada de su autor o su destinatario? Y si por fin fuese cierto que nadie la conocía y nadie la leyó ¿cómo es posible que haya llegado a nosotros? Estas preguntas son únicas en el ámbito de la patrología pues A Diogneto tiene el raro privilegio de ser una de las pocas obras de la literatura antenicena cristiana no mencionadas por Eusebio. Tampoco por otros historiadores de la Iglesia como Jerónimo, Genadio de Marsella, o Focio en el siglo IX. (es)
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- La epístola o discurso A Diogneto (Ἐπιστολὴ πρὸς Διόγνητον; en latín, Epistula ad Diognetum) es una obra de la apologética cristiana, escrita, quizás, en las postrimerías del siglo II. Esta pequeña obra, de apenas doce capítulos, es una pieza singular de la literatura cristiana. Es singular por su catalogación, por su origen incierto, por su chocante descubrimiento, por la fatídica destrucción del único códice que la contenía. Es singular también por su autoría, por los enigmas que plantea, por la originalidad de las teorías de que es objeto. Sobre todo es singular por su belleza y elegancia, que discurre lejos de la crudeza de Taciano, la franqueza de Justino, los escarnios de Hermias, la simplicidad de Arístides, el fideísmo de Teófilo o las filosóficas legaciones de Atená (es)
- La epístola o discurso A Diogneto (Ἐπιστολὴ πρὸς Διόγνητον; en latín, Epistula ad Diognetum) es una obra de la apologética cristiana, escrita, quizás, en las postrimerías del siglo II. Esta pequeña obra, de apenas doce capítulos, es una pieza singular de la literatura cristiana. Es singular por su catalogación, por su origen incierto, por su chocante descubrimiento, por la fatídica destrucción del único códice que la contenía. Es singular también por su autoría, por los enigmas que plantea, por la originalidad de las teorías de que es objeto. Sobre todo es singular por su belleza y elegancia, que discurre lejos de la crudeza de Taciano, la franqueza de Justino, los escarnios de Hermias, la simplicidad de Arístides, el fideísmo de Teófilo o las filosóficas legaciones de Atená (es)
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