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- Una pardina es una porción de terreno en la que se desarrolla una explotación agropecuaria, especialmente referida a algunas heredades de origen medieval en el norte de la provincia de Huesca. Con este nombre aluden diversos documentos bajomedievales a amplias extensiones de tierra dedicadas a la agricultura y a la ganadería, dotadas con un caserío de mayor o menor importancia. El diccionario Madoz nombra multitud de pardinas como dehesas o cotos redondos (conjuntos fincas rústicas comprendidas dentro de un perímetro y pertenecientes a un mismo dueño) propiedad de un ayuntamiento u otra institución civil o religiosa. Y el Diccionario de Voces Españolas geographicas (1800) se dice que en Navarra y Aragón se llama pardina a "algunos términos redondos que equivalen á coto o dehesa". Más recientemente se extendió la acepción de lugar yermo y despoblado, quizá siguiendo un criterio más etimológico que histórico, aunque el propio paso del tiempo ha convertido a la mayor parte de estas pardinas en lugares despoblados. Y así lo define el Diccionario de Voces Aragonesas (Jerónimo Borao, 1859), como "despoblado, esto es, yermo o sitio que en otro tiempo tuvo población". Este supuesto origen etimológico está recogido en el diccionario de la Real Academia, al hacer proceder la voz pardina del latín parietīnae paredes ruinosas, ruinas. Finalmente, en el habla rural oscense parece haber quedado el término pardina para referirse a una majada, sel o borda deshabitada, o "monte de pasto con corral o casa no habitada" (X siglos de historia de Naval (Huesca), Privato Cajal), o como escribe Ballarín Cornel en el Diccionario Benasqués, "una parcela aislada del resto por un bosque, una corriente de agua u otro obstáculo". (es)
- Una pardina es una porción de terreno en la que se desarrolla una explotación agropecuaria, especialmente referida a algunas heredades de origen medieval en el norte de la provincia de Huesca. Con este nombre aluden diversos documentos bajomedievales a amplias extensiones de tierra dedicadas a la agricultura y a la ganadería, dotadas con un caserío de mayor o menor importancia. El diccionario Madoz nombra multitud de pardinas como dehesas o cotos redondos (conjuntos fincas rústicas comprendidas dentro de un perímetro y pertenecientes a un mismo dueño) propiedad de un ayuntamiento u otra institución civil o religiosa. Y el Diccionario de Voces Españolas geographicas (1800) se dice que en Navarra y Aragón se llama pardina a "algunos términos redondos que equivalen á coto o dehesa". Más recientemente se extendió la acepción de lugar yermo y despoblado, quizá siguiendo un criterio más etimológico que histórico, aunque el propio paso del tiempo ha convertido a la mayor parte de estas pardinas en lugares despoblados. Y así lo define el Diccionario de Voces Aragonesas (Jerónimo Borao, 1859), como "despoblado, esto es, yermo o sitio que en otro tiempo tuvo población". Este supuesto origen etimológico está recogido en el diccionario de la Real Academia, al hacer proceder la voz pardina del latín parietīnae paredes ruinosas, ruinas. Finalmente, en el habla rural oscense parece haber quedado el término pardina para referirse a una majada, sel o borda deshabitada, o "monte de pasto con corral o casa no habitada" (X siglos de historia de Naval (Huesca), Privato Cajal), o como escribe Ballarín Cornel en el Diccionario Benasqués, "una parcela aislada del resto por un bosque, una corriente de agua u otro obstáculo". (es)
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