El Milagro de la luz es una leyenda de la tradición manresana que explica cómo una misteriosa luz proveniente de Montserrat atravesó las vidrieras de la antigua iglesia del Carmen el 21 de febrero de 1345, lo que hizo posible que se pusiera fin a la excomunión que pesaba sobre la ciudad. La excomunión había sido decretada por el obispo de Vich a causa del paso de La Acequia de Manresa por tierras del obispado. La acequia canalizaba el agua del Llobregat desde Balsareny hasta Manresa y, con su construcción, se acabó la escasez de agua que padecía el pueblo.

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  • El Milagro de la luz es una leyenda de la tradición manresana que explica cómo una misteriosa luz proveniente de Montserrat atravesó las vidrieras de la antigua iglesia del Carmen el 21 de febrero de 1345, lo que hizo posible que se pusiera fin a la excomunión que pesaba sobre la ciudad. La excomunión había sido decretada por el obispo de Vich a causa del paso de La Acequia de Manresa por tierras del obispado. La acequia canalizaba el agua del Llobregat desde Balsareny hasta Manresa y, con su construcción, se acabó la escasez de agua que padecía el pueblo. En 1339 los consejeros de la ciudad decidieron que tenía que hacerse una acequia que trajera el agua a la ciudad para poder asegurar su recogida, a fin de que esta no dependiese de la lluvia. Sobrepasando las posibilidades de la ciudad pidieron ayuda al rey obteniéndola el 23 de agosto de 1339, cuando Pedro III concedía el permiso de realización de la acequia junto con una rebaja de impuestos para favorecer su construcción. Así, en 1339 se decidió su trazado y empezaron los trabajos de nivelación. La obra fue encargada al barcelonés Guillem Catà y a los hermanos Simó y Pere de Rodener. Los primeros pleitos procedieron del obispo de Vich y de los habitantes de Sampedor que se negaron a pagar impuestos para su construcción. Seguramente a últimos del año 1340, el obispo de Vich, Galzeran Sacosta, como señor de la jurisdicción de Sallent, se opuso a que la acequia pasara por su municipio que podía provocar, además, una bajada del caudal del Llobregat a su paso por Sallent. Tras un año de negociaciones y discusiones, llegó la excomunión del obispo a los obreros y consejeros de Manresa, suspendiendo la práctica de todos los sacramentos y de toda la liturgia en el territorio de la ciudad. Pese a todo, los obreros de la acequia continuaron trabajando en la construcción del canal. Se sabe que, en el año 1344, se estaba trabajando en la construcción del puente del Vilar en el término de Sallent. El conflicto con el obispo duró hasta el año 1345, y se solucionó cuando, una vez muerto el obispo Galzeran Sacosta, su sucesor, Miguel de Ricomar, mantuvo una actitud más dialogante aceptando las compensaciones que le ofrecía la ciudad. (es)
  • El Milagro de la luz es una leyenda de la tradición manresana que explica cómo una misteriosa luz proveniente de Montserrat atravesó las vidrieras de la antigua iglesia del Carmen el 21 de febrero de 1345, lo que hizo posible que se pusiera fin a la excomunión que pesaba sobre la ciudad. La excomunión había sido decretada por el obispo de Vich a causa del paso de La Acequia de Manresa por tierras del obispado. La acequia canalizaba el agua del Llobregat desde Balsareny hasta Manresa y, con su construcción, se acabó la escasez de agua que padecía el pueblo. En 1339 los consejeros de la ciudad decidieron que tenía que hacerse una acequia que trajera el agua a la ciudad para poder asegurar su recogida, a fin de que esta no dependiese de la lluvia. Sobrepasando las posibilidades de la ciudad pidieron ayuda al rey obteniéndola el 23 de agosto de 1339, cuando Pedro III concedía el permiso de realización de la acequia junto con una rebaja de impuestos para favorecer su construcción. Así, en 1339 se decidió su trazado y empezaron los trabajos de nivelación. La obra fue encargada al barcelonés Guillem Catà y a los hermanos Simó y Pere de Rodener. Los primeros pleitos procedieron del obispo de Vich y de los habitantes de Sampedor que se negaron a pagar impuestos para su construcción. Seguramente a últimos del año 1340, el obispo de Vich, Galzeran Sacosta, como señor de la jurisdicción de Sallent, se opuso a que la acequia pasara por su municipio que podía provocar, además, una bajada del caudal del Llobregat a su paso por Sallent. Tras un año de negociaciones y discusiones, llegó la excomunión del obispo a los obreros y consejeros de Manresa, suspendiendo la práctica de todos los sacramentos y de toda la liturgia en el territorio de la ciudad. Pese a todo, los obreros de la acequia continuaron trabajando en la construcción del canal. Se sabe que, en el año 1344, se estaba trabajando en la construcción del puente del Vilar en el término de Sallent. El conflicto con el obispo duró hasta el año 1345, y se solucionó cuando, una vez muerto el obispo Galzeran Sacosta, su sucesor, Miguel de Ricomar, mantuvo una actitud más dialogante aceptando las compensaciones que le ofrecía la ciudad. (es)
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  • El Milagro de la luz es una leyenda de la tradición manresana que explica cómo una misteriosa luz proveniente de Montserrat atravesó las vidrieras de la antigua iglesia del Carmen el 21 de febrero de 1345, lo que hizo posible que se pusiera fin a la excomunión que pesaba sobre la ciudad. La excomunión había sido decretada por el obispo de Vich a causa del paso de La Acequia de Manresa por tierras del obispado. La acequia canalizaba el agua del Llobregat desde Balsareny hasta Manresa y, con su construcción, se acabó la escasez de agua que padecía el pueblo. (es)
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  • Milagro de la luz (es)
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