En los albores de la medicina, algunos autores como Homero, Hipócrates o Areteo describieron, en ocasiones de forma vívida, cómo algunas personas estaban "sujetas" a cambios inconsistentes del estado de ánimo, melancolía, tristeza, dolor, depresión, manía e ira. La edad media suprimió todas estas observaciones, y no fue hasta el renacimiento cuando se recuperaron algunas de ellas.El primer teórico que revitaliza la noción de covariación entre estados de ánimo impulsivos y erráticos en un solo síndrome fue Bonet, quien la denominó folie maniaco-mélancolique en 1684. En el Siglo XVIII Schacht y Herschel reforzaron las observaciones de Bonet añadiendo una perioricidad o regularidad rítmica de estos altibajos. Sin embargo, algunos de estos pacientes alternaban estados de ánimo no predecibles o

Property Value
dbo:abstract
  • En los albores de la medicina, algunos autores como Homero, Hipócrates o Areteo describieron, en ocasiones de forma vívida, cómo algunas personas estaban "sujetas" a cambios inconsistentes del estado de ánimo, melancolía, tristeza, dolor, depresión, manía e ira. La edad media suprimió todas estas observaciones, y no fue hasta el renacimiento cuando se recuperaron algunas de ellas.El primer teórico que revitaliza la noción de covariación entre estados de ánimo impulsivos y erráticos en un solo síndrome fue Bonet, quien la denominó folie maniaco-mélancolique en 1684. En el Siglo XVIII Schacht y Herschel reforzaron las observaciones de Bonet añadiendo una perioricidad o regularidad rítmica de estos altibajos. Sin embargo, algunos de estos pacientes alternaban estados de ánimo no predecibles o erráticos que no encajaban dentro de esta ritmicidad. En 1854 Baillarger y Jean-Pierre Falret compilaron el resultado de 30 años de trabajo con depresivos y suicidas. Encontraron que un pequeño grupo de estos pacientes no encajaban con los patrones ordinarios maníaco-depresivos.​Sin embargo, y haciendo un poco de historia, la peculiar constelación de rasgos que comprenden la entidad diagnóstica límite fue reconocida ya desde principios de siglo XIX.Miembros del servicio de psiquiatría del hospital de S. Marcos de Madrid han publicado un excelente trabajo sobre la evolución histórica moderna del término Borderline en las actas españolas de psiquiatría.​A continuación reproducimos algunos de sus hitos más importantes: La historia del término se remonta hasta el año 1884. En aquel momento, el psiquiatra británico C H. Hughes hablaba de un "campo fronterizo" en las enfermedades psicológicas. Este término se popularizó en un breve plazo como "borderline". En aquel momento describía a pacientes con diferentes cuadros sintomáticos, que no podían ser asignados con seguridad dentro de las tablas de neurosis ni en el espectro psicótico. Fue ya en el año 1938 cuando se utilizó por primera vez el término "borderline" por Adolf Stern dentro del mundo profesional​ para describir un grupo de pacientes externos que no obtenían provecho del psicoanálisis clásico y que no encajaban en las categorías estándar de "neurótico" o "psicótico". La psicopatología en este tiempo estaba conceptualizada como un continuo: "normal" - "neurótico" - "psicótico". Durante algunos años el término fue usado de forma coloquial por los psicoanalistas para describir pacientes que, aun teniendo serios problemas de funcionamiento, no entraban dentro de las categorías diagnósticas y eran difíciles de tratar con los métodos analíticos convencionales. Dentro del modelo psicoanalista (ya menos ortodoxo) la figura de Otto F. Kernberg​ (1975) en el marco de la teoría conocida como "object relactions" tuvo mucha importancia en el camino hacia la conceptualización al principio señalada. Como resultado de sus estudios, se fue hablando cada vez más de una "estructura de personalidad borderline" como algo estable y diferenciable, tanto de la neurosis (por la especial combinación y fluctuación de síntomas) como de la psicosis (episodios menos intensos y más cortos ligados a factores estresantes, mantenimiento del contacto con la realidad), estructura que, por tanto, iba adquiriendo identidad propia.En tanto, el TLP aún no aparecía en el DSM-II. En un célebre trabajo de Gunderson y Singer​ se establecieron finalmente cuatro criterios diagnósticos operativos que luego fueron el núcleo de lo que se estableció en 1980 en el DSM-III. En España, el TLP empezó a diagnosticarse con unos años de retraso con respecto a Estados Unidos. De ser un trastorno apenas conocido entre los profesionales de la salud mental ha pasado a diagnosticarse de forma cada vez más habitual y a edades más tempranas. Esta circunstancia ha dado lugar a una situación anómala, puesto que el aumento de la demanda social desborda la capacidad del sistema. Nos encontramos sin profesionales especialistas, sin publicaciones españolas ni versiones en castellano de los últimos textos editados en Estados Unidos y sin centros ni unidades apropiadas para el correcto tratamiento de estos complejos casos. (es)
  • En los albores de la medicina, algunos autores como Homero, Hipócrates o Areteo describieron, en ocasiones de forma vívida, cómo algunas personas estaban "sujetas" a cambios inconsistentes del estado de ánimo, melancolía, tristeza, dolor, depresión, manía e ira. La edad media suprimió todas estas observaciones, y no fue hasta el renacimiento cuando se recuperaron algunas de ellas.El primer teórico que revitaliza la noción de covariación entre estados de ánimo impulsivos y erráticos en un solo síndrome fue Bonet, quien la denominó folie maniaco-mélancolique en 1684. En el Siglo XVIII Schacht y Herschel reforzaron las observaciones de Bonet añadiendo una perioricidad o regularidad rítmica de estos altibajos. Sin embargo, algunos de estos pacientes alternaban estados de ánimo no predecibles o erráticos que no encajaban dentro de esta ritmicidad. En 1854 Baillarger y Jean-Pierre Falret compilaron el resultado de 30 años de trabajo con depresivos y suicidas. Encontraron que un pequeño grupo de estos pacientes no encajaban con los patrones ordinarios maníaco-depresivos.​Sin embargo, y haciendo un poco de historia, la peculiar constelación de rasgos que comprenden la entidad diagnóstica límite fue reconocida ya desde principios de siglo XIX.Miembros del servicio de psiquiatría del hospital de S. Marcos de Madrid han publicado un excelente trabajo sobre la evolución histórica moderna del término Borderline en las actas españolas de psiquiatría.​A continuación reproducimos algunos de sus hitos más importantes: La historia del término se remonta hasta el año 1884. En aquel momento, el psiquiatra británico C H. Hughes hablaba de un "campo fronterizo" en las enfermedades psicológicas. Este término se popularizó en un breve plazo como "borderline". En aquel momento describía a pacientes con diferentes cuadros sintomáticos, que no podían ser asignados con seguridad dentro de las tablas de neurosis ni en el espectro psicótico. Fue ya en el año 1938 cuando se utilizó por primera vez el término "borderline" por Adolf Stern dentro del mundo profesional​ para describir un grupo de pacientes externos que no obtenían provecho del psicoanálisis clásico y que no encajaban en las categorías estándar de "neurótico" o "psicótico". La psicopatología en este tiempo estaba conceptualizada como un continuo: "normal" - "neurótico" - "psicótico". Durante algunos años el término fue usado de forma coloquial por los psicoanalistas para describir pacientes que, aun teniendo serios problemas de funcionamiento, no entraban dentro de las categorías diagnósticas y eran difíciles de tratar con los métodos analíticos convencionales. Dentro del modelo psicoanalista (ya menos ortodoxo) la figura de Otto F. Kernberg​ (1975) en el marco de la teoría conocida como "object relactions" tuvo mucha importancia en el camino hacia la conceptualización al principio señalada. Como resultado de sus estudios, se fue hablando cada vez más de una "estructura de personalidad borderline" como algo estable y diferenciable, tanto de la neurosis (por la especial combinación y fluctuación de síntomas) como de la psicosis (episodios menos intensos y más cortos ligados a factores estresantes, mantenimiento del contacto con la realidad), estructura que, por tanto, iba adquiriendo identidad propia.En tanto, el TLP aún no aparecía en el DSM-II. En un célebre trabajo de Gunderson y Singer​ se establecieron finalmente cuatro criterios diagnósticos operativos que luego fueron el núcleo de lo que se estableció en 1980 en el DSM-III. En España, el TLP empezó a diagnosticarse con unos años de retraso con respecto a Estados Unidos. De ser un trastorno apenas conocido entre los profesionales de la salud mental ha pasado a diagnosticarse de forma cada vez más habitual y a edades más tempranas. Esta circunstancia ha dado lugar a una situación anómala, puesto que el aumento de la demanda social desborda la capacidad del sistema. Nos encontramos sin profesionales especialistas, sin publicaciones españolas ni versiones en castellano de los últimos textos editados en Estados Unidos y sin centros ni unidades apropiadas para el correcto tratamiento de estos complejos casos. (es)
dbo:wikiPageID
  • 1415370 (xsd:integer)
dbo:wikiPageLength
  • 10192 (xsd:integer)
dbo:wikiPageRevisionID
  • 128188855 (xsd:integer)
dct:subject
rdfs:comment
  • En los albores de la medicina, algunos autores como Homero, Hipócrates o Areteo describieron, en ocasiones de forma vívida, cómo algunas personas estaban "sujetas" a cambios inconsistentes del estado de ánimo, melancolía, tristeza, dolor, depresión, manía e ira. La edad media suprimió todas estas observaciones, y no fue hasta el renacimiento cuando se recuperaron algunas de ellas.El primer teórico que revitaliza la noción de covariación entre estados de ánimo impulsivos y erráticos en un solo síndrome fue Bonet, quien la denominó folie maniaco-mélancolique en 1684. En el Siglo XVIII Schacht y Herschel reforzaron las observaciones de Bonet añadiendo una perioricidad o regularidad rítmica de estos altibajos. Sin embargo, algunos de estos pacientes alternaban estados de ánimo no predecibles o (es)
  • En los albores de la medicina, algunos autores como Homero, Hipócrates o Areteo describieron, en ocasiones de forma vívida, cómo algunas personas estaban "sujetas" a cambios inconsistentes del estado de ánimo, melancolía, tristeza, dolor, depresión, manía e ira. La edad media suprimió todas estas observaciones, y no fue hasta el renacimiento cuando se recuperaron algunas de ellas.El primer teórico que revitaliza la noción de covariación entre estados de ánimo impulsivos y erráticos en un solo síndrome fue Bonet, quien la denominó folie maniaco-mélancolique en 1684. En el Siglo XVIII Schacht y Herschel reforzaron las observaciones de Bonet añadiendo una perioricidad o regularidad rítmica de estos altibajos. Sin embargo, algunos de estos pacientes alternaban estados de ánimo no predecibles o (es)
rdfs:label
  • Historia del trastorno límite de la personalidad (es)
  • Historia del trastorno límite de la personalidad (es)
prov:wasDerivedFrom
foaf:isPrimaryTopicOf
is dbo:wikiPageRedirects of
is foaf:primaryTopic of