dbo:abstract
|
- El término Ejércitos Verdes (ruso: Зелёная Армия) o Verdes (ruso: Зелёные) es la denominación genérica dada a grupos de campesinos armados que enfrentaron a todos los bandos gubernamentales involucrados en la Guerra Civil Rusa. En cambio, por rojos se entiende a los bolcheviques y sus aliados iniciales, los eseristas de izquierdas. La denominación Blanco se refiere a una heterogénea oposición débilmente unida de zaristas ultraconservadores, monárquicos constitucionales, kadetes, mencheviques, eseristas y laboristas. Además, estaban los anarquistas del Ejército Negro y Kronstadt; islamistas basmachís en Asia Central; las intervenciones de los Imperios Centrales y después de los Aliados; los atamanes cosacos interesados solo en su propio poder; y, finalmente, los grupos separatistas o autonomistas de diversas nacionalidades que aprovechaban el caos para librarse de Moscú. Pero estos movimientos estaban desorganizados, sin coordinación entre ellos y controlaban regiones periféricas del fenecido Imperio, en cambio, los bolcheviques dominaban la población e industria del centro, pudiendo vencer uno a uno a sus rivales. Motivadas por el deseo de proteger a sus comunidades de las requisas, las represalias ante cualquier resistencia, las levas forzadas y los excesos militares que practicaban todos los bandos, las revueltas comenzaron en 1918 pero eran fácilmente sofocadas. Solo desde el año siguiente se volvieron masivas, cuando los comunistas iniciaron las grandes levas, alcanzando su clímax en el invierno de 1920-1921, cuando los bolcheviques empezaron a requisar cantidades de grano tales que impedían la supervivencia de los campesinos, y acabando sofocadas en 1922. Al acabar el verano de ese año, la mayoría de los rebeldes estaban militarmente vencidos y el campesinado sucumbía ante la hambruna. Las principales hostilidades entre blancos y rojos se dieron entre finales de 1918 y principios de 1920, siendo las revueltas campesinas decisivas tanto en el desarrollo de esta guerra como para el conflicto con la naciente Polonia. En la primavera de 1919 la retaguardia comunista quedó atestada de campesinos alzados, permitiendo el avance de los contrarrevolucionarios. Posteriormente, la torpe política de los blancos, sus propios abusos contra la población y el miedo que causaba que pudieran restituir sus propiedades a la nobleza llevaron a revueltas masivas en su propia retaguardia, garantizando su derrota. Verdes y rojos quedaron «frente a frente» cuando el último gran ejército blanco, capitaneado por el barón Piotr Wrangel (1878-1928), fue expulsado de Crimea en noviembre de 1920. Para entonces los verdes estaban en el pináculo de su poder militar, pero ya era tarde para que se impusieran a los rojos, quienes a pesar de cuatro años de guerra civil, eran capaces de reunir las fuerzas y recursos suficientes para vencerlos. Los comunistas debieron iniciar verdaderas «guerras de reconquista» de la «Eurasia rusa». Como afirma el historiador español Iñigo Bolinaga sobre Rusia: «seguía siendo un continente bisoño al que le costó [al Ejército Rojo] tres años en ocupar y controlar todo el territorio ruso, una ineficacia clamorosa si se le compara con los curtidos ejércitos occidentales, mucho más preparados». Las revueltas se concentraron en las regiones más afectadas por la guerra y las requisas bolcheviques: las cuencas de los ríos Don y Kubán, la cuenca baja del Volga, los montes Urales, la llanura de Siberia Occidental, la Rusia Meridional (Chernozem) y toda Ucrania, especialmente la mitad meridional. Hubo levantamientos con menor intensidad en el Cáucaso, Bielorrusia, y Asia Central. Ucrania en particular fue el principal campo de batalla de 1917-1922, con numerosos bandos en pugna y cambios de frente, un auténtico «embrollo político y militar». En ella se enfrentaron los rojos (que se hacen con las principales urbes a inicios de 1918 aunque sólo en otoño de 1920 aseguraron su victoria) y los blancos, principales bandos enfrentados, pero también los alemanes y austrohúngaros (intervienen reclamando territorios en 1918), negros, nacionalistas de la Rada, atamanes nacionalistas ucranianos y las «jacqueries» campesinas. Ahí estallaron las primeras grandes revueltas, entre abril y mayo de 1919, inmediatamente después que los comunistas recuperaran Kiev (6 de febrero) y organizaran la requisa de granos. Previamente los campesinos ucranianos habían organizado guerrillas para resistir a las tropas invasoras de Alemania y Austria-Hungría porque Lenin había cedido ese territorio en la Paz de Brest-Litovsk (3 de marzo de 1918). En las otras regiones productoras de grano hubo una mayor resistencia popular a las requisas, estallando rápidamente los enfrentamientos, primero en la cuenca del Volga, en el verano de 1919, luego en entre los musulmanes de Ferganá y después en el Cáucaso Norte y Siberia Occidental. En 1920-1921 vuelven a estallar la cuenca del Volga, el Cáucaso y Siberia pero desunidas entre sus caudillos ante el avance comunista, convirtiendo aquellas regiones en verdaderas «zonas negras» donde las autoridades de Moscú perdieron completamente el control de sus campos. (es)
- El término Ejércitos Verdes (ruso: Зелёная Армия) o Verdes (ruso: Зелёные) es la denominación genérica dada a grupos de campesinos armados que enfrentaron a todos los bandos gubernamentales involucrados en la Guerra Civil Rusa. En cambio, por rojos se entiende a los bolcheviques y sus aliados iniciales, los eseristas de izquierdas. La denominación Blanco se refiere a una heterogénea oposición débilmente unida de zaristas ultraconservadores, monárquicos constitucionales, kadetes, mencheviques, eseristas y laboristas. Además, estaban los anarquistas del Ejército Negro y Kronstadt; islamistas basmachís en Asia Central; las intervenciones de los Imperios Centrales y después de los Aliados; los atamanes cosacos interesados solo en su propio poder; y, finalmente, los grupos separatistas o autonomistas de diversas nacionalidades que aprovechaban el caos para librarse de Moscú. Pero estos movimientos estaban desorganizados, sin coordinación entre ellos y controlaban regiones periféricas del fenecido Imperio, en cambio, los bolcheviques dominaban la población e industria del centro, pudiendo vencer uno a uno a sus rivales. Motivadas por el deseo de proteger a sus comunidades de las requisas, las represalias ante cualquier resistencia, las levas forzadas y los excesos militares que practicaban todos los bandos, las revueltas comenzaron en 1918 pero eran fácilmente sofocadas. Solo desde el año siguiente se volvieron masivas, cuando los comunistas iniciaron las grandes levas, alcanzando su clímax en el invierno de 1920-1921, cuando los bolcheviques empezaron a requisar cantidades de grano tales que impedían la supervivencia de los campesinos, y acabando sofocadas en 1922. Al acabar el verano de ese año, la mayoría de los rebeldes estaban militarmente vencidos y el campesinado sucumbía ante la hambruna. Las principales hostilidades entre blancos y rojos se dieron entre finales de 1918 y principios de 1920, siendo las revueltas campesinas decisivas tanto en el desarrollo de esta guerra como para el conflicto con la naciente Polonia. En la primavera de 1919 la retaguardia comunista quedó atestada de campesinos alzados, permitiendo el avance de los contrarrevolucionarios. Posteriormente, la torpe política de los blancos, sus propios abusos contra la población y el miedo que causaba que pudieran restituir sus propiedades a la nobleza llevaron a revueltas masivas en su propia retaguardia, garantizando su derrota. Verdes y rojos quedaron «frente a frente» cuando el último gran ejército blanco, capitaneado por el barón Piotr Wrangel (1878-1928), fue expulsado de Crimea en noviembre de 1920. Para entonces los verdes estaban en el pináculo de su poder militar, pero ya era tarde para que se impusieran a los rojos, quienes a pesar de cuatro años de guerra civil, eran capaces de reunir las fuerzas y recursos suficientes para vencerlos. Los comunistas debieron iniciar verdaderas «guerras de reconquista» de la «Eurasia rusa». Como afirma el historiador español Iñigo Bolinaga sobre Rusia: «seguía siendo un continente bisoño al que le costó [al Ejército Rojo] tres años en ocupar y controlar todo el territorio ruso, una ineficacia clamorosa si se le compara con los curtidos ejércitos occidentales, mucho más preparados». Las revueltas se concentraron en las regiones más afectadas por la guerra y las requisas bolcheviques: las cuencas de los ríos Don y Kubán, la cuenca baja del Volga, los montes Urales, la llanura de Siberia Occidental, la Rusia Meridional (Chernozem) y toda Ucrania, especialmente la mitad meridional. Hubo levantamientos con menor intensidad en el Cáucaso, Bielorrusia, y Asia Central. Ucrania en particular fue el principal campo de batalla de 1917-1922, con numerosos bandos en pugna y cambios de frente, un auténtico «embrollo político y militar». En ella se enfrentaron los rojos (que se hacen con las principales urbes a inicios de 1918 aunque sólo en otoño de 1920 aseguraron su victoria) y los blancos, principales bandos enfrentados, pero también los alemanes y austrohúngaros (intervienen reclamando territorios en 1918), negros, nacionalistas de la Rada, atamanes nacionalistas ucranianos y las «jacqueries» campesinas. Ahí estallaron las primeras grandes revueltas, entre abril y mayo de 1919, inmediatamente después que los comunistas recuperaran Kiev (6 de febrero) y organizaran la requisa de granos. Previamente los campesinos ucranianos habían organizado guerrillas para resistir a las tropas invasoras de Alemania y Austria-Hungría porque Lenin había cedido ese territorio en la Paz de Brest-Litovsk (3 de marzo de 1918). En las otras regiones productoras de grano hubo una mayor resistencia popular a las requisas, estallando rápidamente los enfrentamientos, primero en la cuenca del Volga, en el verano de 1919, luego en entre los musulmanes de Ferganá y después en el Cáucaso Norte y Siberia Occidental. En 1920-1921 vuelven a estallar la cuenca del Volga, el Cáucaso y Siberia pero desunidas entre sus caudillos ante el avance comunista, convirtiendo aquellas regiones en verdaderas «zonas negras» donde las autoridades de Moscú perdieron completamente el control de sus campos. (es)
|