Panegírico del emperador Trajano
El Panegírico del emperador Trajano, en latín Panegyricus Traiani es un discurso escrito por Plinio el Joven en honor del emperador Trajano. Es una obra de circunstancias, destinada a ser pronunciada el 1 de septiembre del año 100.Se trata de una descripción aduladora y enfática del emperador. Seguía la costumbre de dedicar un discurso de agradecimiento por ser nombrado cónsul. El discurso que llega es continuación del nombramiento de Plinio el Joven como cónsul por Trajano. Luego lo revisó, corrigió y amplió hasta llegar a ocupar, por sí solo, casi la mitad del Libro X de sus Epístolas. Es el único discurso pronunciado por Plinio el Joven que se ha conservado hasta la Edad Contemporánea. Es un instrumento valioso para estudiar diversas acciones que hizo este emperador en campos administr
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El Panegírico del emperador Trajano, en latín Panegyricus Traiani es un discurso escrito por Plinio el Joven en honor del emperador Trajano. Es una obra de circunstancias, destinada a ser pronunciada el 1 de septiembre del año 100.Se trata de una descripción aduladora y enfática del emperador. Seguía la costumbre de dedicar un discurso de agradecimiento por ser nombrado cónsul. El discurso que llega es continuación del nombramiento de Plinio el Joven como cónsul por Trajano. Luego lo revisó, corrigió y amplió hasta llegar a ocupar, por sí solo, casi la mitad del Libro X de sus Epístolas. Es el único discurso pronunciado por Plinio el Joven que se ha conservado hasta la Edad Contemporánea. Es un instrumento valioso para estudiar diversas acciones que hizo este emperador en campos administrativos como los impuestos, la justicia, la disciplina castrense y el comercio. Plinio describe a Trajano como un optimus princeps, «el mejor de los príncipes», querido por los dioses por el bien del Imperio aunque él, siendo modesto, no pretende honores divinos. Describe los hechos que llevaron a Trajano al Imperio y alaba esa forma de sucesión mediante la adopción. Este método, dice Plinio, ofrece la posibilidad de elegir al mejor de los ciudadanos. Luego exalta las cualidades de Trajano: como comandante, su generosidad, su afabilidad y modestia. Recomienda a los futuros emperadores que siguieran el ejemplo de Trajano para lograr la concordia con el Senado y el orden ecuestre por el bien del Imperio. Este emperador, con sus medidas óptimas, se contrapone al tiránico Domiciano. Plinio exalta el respeto de Trajano por las magistraturas y por el Senado, al que asegura la dignitas y la securitas, mientras que Domiciano lo odió. Entre los objetivos del orador está animar a una política filosenatorial. Incluso reconoce al emperador un poder absoluto volviendo a llamar a la libertas que este último restableció, representándola sin embargo como un regalo gratuito fruto de la generosidad del soberano.