http://es.dbpedia.org:8890/data/Etnograf%C3%ADa_de_Espa%C3%B1a.atom2024-03-28T11:24:09.411855ZOData Service and Descriptor Documenthttp://es.dbpedia.org/resource/Etnografía_de_España2024-03-28T11:24:09.411855Z57202Etnografía de España16548La etnografía de España o antropología de España es el estudio de los componentes etnográficos o antropológicos de la población española. Sus componentes culturales son objeto de la antropología cultural, y los físicos de la antropología física. Los unitarios que sueñan con la unidad impuesta de la fuerza hablan de raza española. Es no saber lo que se dice, tantas son las razas que han buscado el calor del sol de España. Miguel de Unamuno
* Serie de grabados del siglo XIX sobre trajes regionales españoles. Aragón, León, Galicia, Asturias y Cantabria.
* Castilla
* Cataluña y Valencia
* AndalucíaLa etnografía de España o antropología de España es el estudio de los componentes etnográficos o antropológicos de la población española. Sus componentes culturales son objeto de la antropología cultural, y los físicos de la antropología física. La antropología física de España (tanto la tradicional antropología clásica como la más reciente ) se encarga del estudio de los rasgos biológicos que pueden identificar similitudes o variaciones físicas (impropiamente a veces denominadas razas) entre la población de España y la de otras partes de Europa, la cuenca del Mediterráneo o el mundo; o distintas poblaciones dentro de España. Aunque pueden establecerse prevalencias estadísticas de distintos modelos antropológicos definidos tanto genotípica como fenotípicamente (los más evidentes, la prevalencia del color de piel blanco -interpretada tradicionalmente como raza caucasoide- y del color del pelo moreno -interpretada tradicionalmente como raza mediterránea-) son necesariamente tan arbitrarios como los criterios que en el censo de Estados Unidos clasifican racialmente a los hispanos como una categoría diferente a la de blancos y a la de negros. Los españoles no son en ningún caso un grupo étnico o nación nativa de España (ninguna nación-estado europea puede definirse así, y tampoco la española, una de las primeras en constituirse). La imposible definición de la inexistente raza española no ha impedido que en ocasiones se haya pretendido hacerlo, si bien es cierto que hay unas similitudes entre el pueblo español. Los unitarios que sueñan con la unidad impuesta de la fuerza hablan de raza española. Es no saber lo que se dice, tantas son las razas que han buscado el calor del sol de España. Miguel de Unamuno La antropología cultural de España estudia la cultura, las costumbres, el folklore (literario o musical, como cuentos populares, danzas, etc.), los (algunos muy localizados, como los vascos, montañeses, canario, leoneses, , valencianos; algunos muy difundidos, como la pelota o los bolos), las fiestas populares (con muchas modalidades, desde las procesiones de Semana Santa hasta los encierros y corridas de toros tradicionales, evolucionadas con los siglos en lo que desde el siglo XIX se institucionalizó en la denominada fiesta nacional o tauromaquia), la gastronomía y la elaboración de quesos y vinos, la (indumentaria, artesanía, etc.), las expresiones ideológicas (mitos, tótems, tabúes, manifestaciones de la religiosidad popular, herencias del paganismo o contactos con el islam y el judaísmo que a veces el cristianismo dominante asumió como ritos propios -cristianización mediante el sincretismo-, a veces toleraba como simple superstición y a veces perseguía como brujería o herejía) y la organización social (instituciones de socialización, forma y estructura de la familia, del matrimonio, de las herencias, de la propiedad, funciones sociales de los sexos y de las distintas edades, etc.).
* Serie de grabados del siglo XIX sobre trajes regionales españoles. Aragón, León, Galicia, Asturias y Cantabria.
* Castilla
* Cataluña y Valencia
* Andalucía El método de la antropología cultural suele aplicarse sobre un objeto específico de estudio: las sociedades primitivas, que en el caso de España dejaron de existir hace siglos: primero, ya en la misma Edad Antigua con la romanización, y posteriormente, en la Edad Media con las distintas aportaciones culturales de sucesivas oleadas migratorias e invasiones (germanización -escasa-, arabización -mucho más profunda-) y la formación de los reinos medievales de la Reconquista cuya fusión constituyó la Monarquía Hispánica de la Edad Moderna, aunque pervivieron idiomas y variedades dialectales (idiomas de España, en algún caso, también formas peculiarísimas de comunicación, como el silbo gomero), instituciones y derechos particulares (derecho civil foral), y personalidades culturales muy acusadas en sus distintas regiones, y dentro de cada una de ellas, con una extraordinaria variedad y riqueza de manifestaciones en cada una de sus comarcas y poblaciones, e incluso dentro de estas. La presunta identificación de los vascones como el único de los pueblos prerromanos que se perpetuó en una identidad nacional vasca de miles de años de existencia (plasmada en la raza vasca, en las tradiciones vascas y en el euskera), es un tópico pseudocientífico que a veces se pretende presentar como una cuestión etnográfica polémica, aunque sólo puede entenderse como resultado de una interpretación nacionalista-etnicista, que a veces se ha pretendido apoyar en distintos tipos de pruebas materiales, como medidas antropométricas y genéticas y restos arqueológicos de validez muy dudosa. La continuidad de otros pueblos de escasa romanización (cántabros y astures) con el Reino de Asturias que encabezó los núcleos cristianos occidentales de la Reconquista ha sido objeto también de polémica intelectual. No obstante las limitaciones propias de su campo de estudio, los etnólogos y antropólogos culturales también extiendieron la aplicación de su metodología a las pervivencias de los rasgos más arcaicos propios de la sociedad preindustrial (como lo fue España hasta la primera mitad del siglo XX), sobre todo en los casos de comunidades rurales más o menos aisladas, especialmente en entornos de montaña (como, por ejemplo, fue el caso de Patones a pesar de su cercanía a la ciudad de Madrid, de la leonesa sierra de los Ancares o de la comarca extremeña de las Hurdes; casos emblemáticos que en su día fueron objeto de estudios, y que actualmente no se distinguen por sus particulares condiciones sociales de otros núcleos rurales recónditos pero evolucionados, todos distintos entre sí y con particularidades locales más o menos marcadas, como pudiera ser el valle de Baztán en Navarra, las Alpujarras andaluzas o la comarca de Matarraña en Teruel). Algunas comunidades de pasado nómada continúan marcadamente diferenciadas y con problemática integración (sobre todo los gitanos, presentes desde el siglo XV; pero también algunas otras como los mercheros). Para una sociedad industrial y urbana, como es la española desde la segunda mitad del siglo XX, estos estudios son más propiamente objeto de la sociología y de otra división en las disciplinas antropológicas denominada antropología urbana. Ya en el siglo XXI, cuando se habla de una nueva sociedad postindustrial, propia de la globalización, el fuerte impacto del turismo y de la inmigración, la conexión de España con sus vecinos europeos y su proyección mundial, hace que la detección de persistencias tradicionales y rasgos etnográficos diferenciados sea mucho más difícil aún.130329263